No a la violencia

Indira Orfa Tatiana Rojas Oviedo

La violencia contra el género femenino, no se detiene. Las cifras siguen en ascenso y la mujer continúa callada. “No es tiempo de callar”, lo dice Medicina Legal. Tenemos que levantarnos contra la violencia y no aceptar gritos, textos agresivos, violencia verbal, física ni psicológica, que en una gran mayoría de casos , termina con el feminicidio. Son hechos que han sido recordados con motivo del día contra la violencia femenina, el día 25 que acaba de pasar.

La discriminación, la desigualdad, sigue siendo la constante, pese a que según las Naciones Unidas, somos mayoría las mujeres, en el mundo. En Colombia, según el censo de población del presente año, las mujeres también superan porcentualmente a los hombres: 51.4% mujeres, 48.6% hombres.

En América Latina y en Colombia, la violencia contra la mujer tiene un alto impacto económico , de acuerdo con un estudio del BID realizado en 17 países.

En este ámbito geográfico, la tasa de homicidio de mujeres es la más alta del mundo, casi dobla el promedio mundial.

¿Si los hijos son formados en su mayoría por las madres y por docente mujeres, qué está ocurriendo? En el Tolima, según datos del DANE, correspondientes al año 2017, sobre un total de 14 mil 060 docentes, 9 mil 400 son mujeres, que equivale al 67 por ciento de docentes, cifra que permite decir que nosotras tenemos a cargo la formación de la mayoría de los infantes y adolescentes.

Hay teorías que atribuyen la violencia a un origen genético , otras lo niegan para afirmar que es un producto cultural y que, en consecuencia, se aprende a través de la interacción social, porque la violencia es un producto cultural, se aprende a ser violento, en primer lugar, en el hogar, con los amigos , en la escuela o en diversas organizaciones sociales.

Si seguimos con los datos cuantitativos, cuatro de cada 100 mujeres son asesinadas en Latinoamérica, es decir, una tasa de homicidios femeninos de 4.3%, frente a la tasa mundial que es de 2.3.

¿Por qué los latinoamericanos somos más violentos? Preocupa el origen de la violencia entre las personas y hay teorías que llegan a la afirmación de que el ser humano es conflictivo por naturaleza, pero es pacífico o violento por cultura. Parte del aprendizaje se recibe en la familia y en la escuela. “La violencia del ser humano no está en sus genes sino en su ambiente, nadie es pacífico por naturaleza, la agresión es inevitable, de ahí la importancia de la formación educativa”, según Jiménez Bautista (2012).

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