El arte como moda

Un interesante comentario sobre la situación del arte en Colombia, del maestro Juan Cárdenas Arroyo, pintor payanés, publicó el diario El Tiempo, el martes 13 de marzo.

El artículo era respuesta, indignada además, a las declaraciones de Glenn Lowry, curador del Moma de Nueva York, que explicaba el arte que debemos hacer por estas tierras.

En esencia el maestro despotrica del Moma por su política de expandir sus posiciones sobre el desarrollo del arte, su injerencia nociva en el arte latinoamericano a través de su pretensión de homogeneizar las manifestaciones artísticas según sus propios conceptos, y cómo para que un artista de nuestra América pueda acceder al Museo debe plegar su creación a las orientaciones de tan poderosa institución.


Es cierto que nuestras manifestaciones artísticas siempre han obedecido a las modas, ya europeas o ya estadounidenses, según el predominio de ellas, y hemos sido serviles reproductores de sus ismos y actitudes estéticas.


Pero no debemos olvidar tampoco que nuestra abrupta inserción a la civilización occidental (conquista y colonia violentas) nos predispuso a seguir el ejemplo y en muchos casos a copiar las manifestaciones de nuestras madres patrias.


Nunca nos liberamos de esta dependencia intelectual y ya España o Francia, Inglaterra o Estados Unidos, han sido nuestra guía y nuestro espejo. Con el agravante de reproducir cada tendencia mucho después de su eclosión en su lugar de origen.


Se pregunta el maestro “¿Qué dirá la posteridad de nuestros artistas actuales?” Y se responde: “Seguramente dirán que, mansos y sumisos, seguimos fielmente las modas que nos impusieron los norteamericanos y los europeos, jamás cuestionándolas, y con la misma ilusión de que algún día nos exhibieran en el Moma o en la Tate Modern de Londres”.


Me parece curioso que el maestro Cárdenas lo diga, cuando él hizo parte del mismo desarrollo. No sólo se formó en Nueva York y vivió durante varios años en el ambiente de las “vanguardias”, sino que trajo en sus maletas el “hiperrealismo” o “fotorrealismo”, aquel movimiento que exacerbaba la realidad con ayuda de la fotografía y seguía sus métodos, como el detalle y el encuadre de las escenas, cuando la “moda” en Colombia era el arte abstracto, años sesenta.


Fue moda en su momento, pero él persistió en seguir apoyado en la figura y en la creación de escenas con un verismo siempre sorprendente y no ha caído en el facilismo que ofrecen nuevas tendencias a cuyo amparo han surgido “genios” que se agotan en repetir fórmulas para descreste de ignorantes.


En general estoy de acuerdo con su reclamo. Sólo que no tenemos para mostrar un arte nacido en las montañas de los Andes o las llanuras interiores o costeras, apenas somos epígonos, los hijos postergados de occidente.

Credito
BENHUR SÁNCHEZ SUÁREZ

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