“Pacho”, el bárbaro

Este raro espécimen, nacido en las entrañas de la prensa capitalina, pero hábil explorador en los vericuetos de la manigua del poder y hasta aventurero visitante de las fronteras paramilitares, se ha convertido en los últimos meses en la supuesta conciencia crítica de su primo hermano, el Presidente de la República y asesor de las fuerzas represivas del Estado para detener la marea incontrolable

Este raro espécimen, nacido en las entrañas de la prensa capitalina, pero hábil explorador en los vericuetos de la manigua del poder y hasta aventurero visitante de las fronteras paramilitares, se ha convertido en los últimos meses en la supuesta conciencia crítica de su primo hermano, el Presidente de la República  y asesor de las fuerzas represivas del Estado para detener la marea incontrolable de la protesta social.

Pacho, que es capaz de camuflarse en un chaleco bogotano, enarbolar la bandera del Santa Fe, lucir unas gafas de intelectual y convertirse en un ventrílocuo de su jefe de ocho años atrás, dejó ver la semana anterior su condición de hombre primitivo y traicionando los buenos modales aprendidos en los claustros norteamericanos, no pudo contener su rabia contra la muchachada estudiantil colombiana que reclama una verdadera reforma a la educación superior y, sin ningún em-pacho, desde las entrañas de RCN les recomendó a las fuerzas del orden, la utilización “de armas no letales… voltios contra los muchachos para que caigan y los puedan arrestar por interferir una vía pública”.

Este bárbaro postmoderno que desde un videoblog es capaz de lanzar semejante recomendación, es el mismo que durante los dos periodos presidenciales anteriores, fungió como Vicepresidente, encargado de los Derechos Humanos. Con esta visión de la protesta popular, cualquiera puede explicarse por qué ocurrieron los falsos positivos, los desaparecidos, las chuzadas y demás hazañas de las fuerzas regulares.


Los estudiantes de las universidades públicas colombianas le han dado la mejor lección de civismo a este bárbaro lenguaraz. Mientras él pedía que se acallara por la fuerza la protesta, ellos cantaban, danzaban y exigían sus reivindicaciones. Mientras las ondas hercianas de las emisoras hipotecadas del Grupo Ardila, irradiaban su desinformación sobre la verdad de los contenidos de la Reforma, la contundencia de los argumentos de los estudiantes y profesores acorralaban a una Ministra inexperta en asuntos educativos.


El arrepentimiento tardío y las hipócritas frases pronunciadas el día siguiente, no pueden borrar la maledicencia de lo dicho. Al bárbaro debieron llamarle fuertemente la atención, uno cree que debieron ser los ejecutivos de la cadena radial, de todas maneras la impertinencia y la estupidez de este comentarista improvisado, hace rato que comenzó a erosionarle audiencia a una empresa que se ha convertido en el eco descarado de lo que siguen pensando los desplazados de la Casa de Nariño.


Muchos son los bárbaros como “Pacho”, que se escudan tras una cámara o un micrófono para despotricar de los luchadores populares que ejercen su sagrado derecho a la protesta. Hay que estar atentos, porque no todos son tan torpes como él, que no midió el alcance de sus declaraciones.

Credito
LIBARDO VARGAS CELEMIN (*)

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