Trump: De huracán a depresión tropical

libardo Vargas Celemin

Los fenómenos naturales, al igual que algunos hombres, presentan ciclos similares. Dicen los expertos que un huracán no es más que aguas cálidas y aire húmedo y que el resto tiene que ver con el azar, con la dirección que cojan los vientos, con la aceleración de los mismos y las modificaciones de las temperaturas.

De igual manera, explican los politólogos que los países van acumulando por años problemas, y de pronto aparece un líder distinto a los candidatos de siempre, habla un lenguaje fuerte, plantea soluciones arriesgadas, echa mano de la tradición, promete la recuperación del pasado y recibe el apoyo de miles de electores, con nostalgia de autoritarismo y cansados de las promesas incumplidas.

Esto explica en parte el hecho de que miles de personas votaran por un excéntrico inversionista, con un desconocimiento de la administración pública, quien irrumpió como un verdadero huracán, con unas propuestas polémicas que tocaban temas sensibles como la inmigración, el racismo y el desconocimiento de compromisos internacionales para combatir el calentamiento global.

Este antiguo comediante, impulsivo, beligerante, sin demasiado carisma, se lanzó como una tromba para rescatar el liderazgo perdido y al igual que los huracanes tipo cuatro, alcanzó una fuerza monstruosa que lo llevó a arrasar la normatividad, los procedimientos y hasta tratados internacionales.

Trump creyó que, al igual que las fuerzas huracanadas, podía embestir todo lo que encontrara a su paso, sin que nada ni nadie lo detuviera. Trató de bloquear las leyes de su antecesor, y plantear una serie de amenazas que generaron temor en algunos, terror en otros y en general, una seria preocupación por el tipo de mandatario qué había llegado a la Casa Blanca.

La primera amenaza recayó sobre la población de inmigrantes, muchos de ellos indocumentados, que tendrían que salir del país a sus sitios de origen. Después habló del muro que debían construir los mexicanos para impedir que sus connacionales pasaran la frontera. Estos dos choques violentos, aparentemente le dieron fuerza descomunal, pero pronto se encontró con que la oposición, inclusive de algunos de sus propios senadores y las cortes del poder legislativo, le mermaron la capacidad de maniobrar y comenzó a sentir el desgaste.

Vino después el fracaso con el desmonte del sistema de salud llamado “Obamacare”, las amenazas a Kim Jong – Un y la respuesta desafiante de este, parece que lo están haciendo moderar la trayectoria.

Irma, el poderoso huracán de la temporada, ha ido cediendo terreno, luego de causar grandes estragos en la economía del país, ya está convertido en una modesta depresión tropical. Igualmente, Trump, el verborreico presidente del país “más poderoso del mundo”, está tocando tierra y parece que va rumbo a convertirse en un fallido experimento tropical.

Eso esperamos.

lcelemin2@gmail.com

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