Hay algo bueno en el fenómeno de ‘El Niño’

Pedro Luis Zambrano

La concurrencia de sucesos y noticias con que terminó el pasado año y ha transcurrido el 2016, destaca los efectos especiales del fenómeno de ‘El Niño’, quizá como el hecho que más se ha adueñado de los espacios en los medios y redes de comunicación.

Hablar de cosas buenas derivadas de este evento climático global, que manifiesta tantos y tangibles perjuicios para la mayor parte de la población, por lo menos en Colombia, es difícil, porque para todos son evidentes sus manifestaciones: la disminución dramática del agua para el consumo humano animal y agrícola, que responde a la intensa deforestación de las de los ríos y conlleva la muerte de animales y pérdidas en los cultivos, el acelerado calentamiento del planeta, la visión de muchas especies en serio peligro de desaparición, las quemas que destruyen grandes cantidades de biomasa, la mortandad de peces, pérdidas en ganados y especies menores, la carestía en los alimentos y el surgimiento de enfermedades o fuentes de contagio que no existían y que luego resultan difíciles de erradicar.

Sin embargo, existe algo positivo en el fenómeno el de ‘El Niño’, que no radica en nada diferente a las enseñanzas que deja. Primero que todo, termina de romper la falsa creencia que existió hasta hace algún tiempo, de que este planeta es grande y que tiene la capacidad de ir reponiéndose de la contaminación y la destrucción que provocan las malas prácticas que la especie humana ha realizado sobre él.

Precisamente, en cuanto al elemento fundamental que es el agua, ‘El Niño’ demuestra, como basta con una pequeña temporada de calor, para que los más grandes ríos del país lleguen casi a secarse, y ver cosas, como los campesinos desplazándose a grandes distancias de sus casas para aprovisionarse del agua que ya no tienen los arroyos cercanos a sus viviendas, a personas en pueblos y ciudades, haciendo colas ante carro tanques cargados con el líquido o comprando a precios incosteables al agua que necesitan, al menos para la preparación de los alimentos.

La situación crítica que en muchos aspectos genera ‘El Niño’, definitivamente sirve para que aprendamos a valorar y recuperar esa naturaleza que nos da la vida y que estamos aniquilando, nos enseña que la cultura esencial que debemos aprender, es la de retomar los tiempos en que los seres humanos vivieron de la tierra sin destruirla.

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