De parte de los que saben

La crisis de todo orden que se observa en el sector de la salud en Colombia no se limita al anunciado colapso en clínicas y hospitales, a la carencia de los más elementales elementosde dotación en el sistema de salud y a la ausencia de medicinas en los dispensarios.

De hecho, se ha traducido en un tremendo lío fi nanciero del que no escapan, ni siquiera, lasentidades de salud afi liadas a grandes conglomerados fi nancieros y, por supuesto, el relevo delas cabezas de los ministerios y organismos del sector.

De otro lado, los organismos científi cos, académicos y gremiales involucrados con los serviciosasistenciales no se han quedado quietos y desde cuando entró en funcionamiento la Ley 100 de 1993 han realizado un riguroso análisis y un minucioso seguimiento a la evolución de lo que fue presentado como un exitoso modelo de atención en salud.

Como es de presumir, con el agravamiento de la crisis se ha acentuado la alarma entre los estamentos referidos y en documentos de reciente publicación, así como en encuentros nacionalesde las entidades más representativas se ha ido estructurando una reforma a la ley de la salud; así como una Ley Estatutaria que reforme estructuralmente el sistema de seguridad social en salud y a promover un Consejo de Política Económica y Social, Conpes, que establezca una Política Farmacéutica Nacional.

En efecto, en UN Periódico, la publicación de la Universidad Nacional en su edición del 12 de agosto el Presidente de la Academia Nacional de Medicina, como vocero de los más caracterizados líderes del cuerpo médico nacional, hace un resumen de las ventajas aportadas porla Ley- que las hay- pero censura el “criterio economicista” con el que se puso en práctica la citada ley que llevó al estado catastrófi co en que se encuentra el sistema.

El documento no se limita al diagnóstico de la situación sino propone fórmulas curativas que, por supuesto, reclama la salud como un derecho humano fundamental y reafi rma- como lo dice la Constitución- que es obligación del estado garantizarlo, propiciarlo, facilitarlo y tutelarlo.

En igual sentido se realizó en Medellín, los días 6 y 7 de septiembre el Encuentro Nacional de Académicos de la Salud, que habrá de continuar el próximo 26 de septiembre en Cali, en el que participaron las más destacadas instituciones universitarias de investigación y seguimiento del Sector Salud en donde concluyeron que se debe poner fi n a la “competencia regulada” y ratifi can que en salud no funcionan las leyes de mercado.

El Encuentro también propone la eliminación de la intermediación fi nanciera y el lucro en las EPS y reclama de estas entidades, así como de las IPS, los entes territoriales y la academia un comportamiento ético y consecuente con el derecho a la salud y la protección de la vida. 

Seguramente el nuevo ministro, Alejandro Gaviria, ha de sopesar e incluir tan sólidas propuestas en las inevitables modifi caciones que deben aplicarse con premura al sistema nacional de salud.

El Nuevo Día

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