Del 22 Salón Tolimense de Fotografía

Desde el descubrimiento de la fotografía hasta hoy, las cámaras han sido parte constitutiva del hombre y sus resultados convertidos en testimonios invaluables de la historia de la humanidad.

El Tolima cuenta con un Salón anual como pocos departamentos en Colombia y esto se debe al empeño de María Márgareth Bonilla, ahora al frente del Museo de Arte del Tolima.

Un Salón supone una convocatoria, una selección y unos reconocimientos o premios a los que se consideren merecedores de ellos. 

Sin embargo, desde el año anterior se instauró una nueva modalidad para la realización del Salón Tolimense de Fotografía y ha sido la de no convocar la participación abierta de fotógrafos profesionales y afi cionados, sino la de seleccionar e invitar a un grupo especial de artistas para mostrar un número mayor de trabajos de cada uno, lo que supone confi rmar la calidad de su obra y el mérito de su trayectoria.

Para este 22 Salón los invitados son el mexicano Israel Zamorategui, los tolimenses Fernando Olaya y Floriberto Cardona, y el colectivo FotoRed, integrado por artistas internacionales de países como España, Ecuador, México, Argentina, Cuba y Colombia, con 33 fotografías de diversos temas y en formatos y técnicas diferentes.

En total, los asistentes al Museo podrán deleitarse con más de 100 fotografías de diferentesestilos y temáticas. 

Para mi gusto, excelente la muestra del ibaguereño Fernando Olaya Zambrano. 

Sus fotografías tiene calidad pictórica, matices que decantan la realidad y, quizás, una atrevidacomposición que las hace frescas y atractivas.

Por su parte, Floriberto Cardona ratifica su dedicación a la arqueología de los objetos, en este caso los ambientes, en la forma como contrasta un mismo lugar con fotos antiguas y recientes, con lo cual logra desencadenar en el espectador el recuerdo, la nostalgia, la historia, la identidad pero, sobre todo, la pertenencia a un lugar. 

Y, para quien no pertenece, el asombro. El poblado, a pesar de todo, se ha transformado, arrasando lo antiguo para afl icción de algunos, modernizando el paisaje para beneplácito de otros.Otra sorpresa nos ofrece el “Álbum familiar”, del mexicano Israel Zamorategui, porque es otra manera de asumir la realidad contemporánea, la de la tragedia, la desaparición, la muerte, esta última tan venerada en la cultura mexicana, a través del núcleo familiar, de la imagen del niño en un contexto fantasmal.

Completa el Salón la muestra de FotoRed Itinerante II, conjunto de fotografías que ofrecela posibilidad de desplegar el conocimiento o el gusto para encontrar lo más cercano a nuestro acerbo cultural. Una alcantarilla llena de hojas, por ejemplo, casi un cuadro abstracto, o una visión de Buenos Aires, su famoso “Caminito”. 

Excelente Salón para el goce de los ibaguereños.

BENHUR SÁNCHEZ SUÁREZ

Comentarios