El nuevo papa

Seguramente por sus 76 años no tendrá un pontificado como el de Juan Pablo II, pero tampoco será un Benedicto XVI y más de un millardo de fieles estará pendiente de su guía, sus prédicas y su ejemplo.

El mundo recibió con sorpresa la elección del cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio como sucesor de Benedicto XVI en el trono de  San Pedro.

El nuevo papa eligió el nombre de Francisco para su pontificado como un homenaje a San Francisco de Asís  y como anuncio de lo que pretende sea la insignia de un ejercicio alejado de la pompa y el boato y enfocado a trabajar por los pobres del mundo.


La vida del nuevo papa está llena de paradojas . Hijo de un matrimonio de inmigrantes italianos oriundos del Piamonte, Bergoglio estudió técnica química y en su niñez perdió uno de sus pulmones. Solo a los 23 años ingresó al seminario de los jesuitas en Villa Devoto y se ordenó a los 33 años . diez años más tarde fue nombrado obispo y se convirtió en el director de los jesuitas en la Argentina. Su carrera ha discurrido lejos del poder en su país y más lejos de la Curia Romana.


Siempre se ha puesto al lado de los pobres y censurado a quienes abusan de sus semejantes. Ha vivido en austeridad, vendió el palacio que alojó a sus antecesores y va a su ministerio en transporte público. Se le veía a menudo en las villas miseria que rodean la capital argentina y celebraba misa con los recicladores de esa urbe. Como no podía ser de otra manera es hincha del fútbol, aunque su padre ferroviario era basquetbolista y el club de sus amores es el San Lorenzo. Tiene muy cercana y respetuosa relación con los jerarcas judíos en la Argentina.


Uno de los más controvertidos aspectos de su gestión ocurrió durante la dictadura militar y se le imputa haber delatado a dos compañeros jesuitas amigos de la teoría de la liberación , que por esta razón fueron a prisión por cinco años. De otro lado ha mantenido una infatigable disputa con los Kirchner por asuntos dogmáticos y por su censura al unanimismo pretendido por la pareja.


Es el primer Francisco en el papado, el primer jesuita y el primer americano. Además el primer papa de fuera de Europa en mil 200 años.


Se espera que medie en ese nido de avispas que es la Curia Romana y que, contrario a lo acontecido con Juan Pablo II y Benedicto XVI reduzca la enorme influencia obtenida por el Opus Dei en  la iglesia en los años recientes.


Si bien es conservador en asuntos dogmáticos su postura ortodoxa no llega al extremo de enfrentar los descubrimientos y avances  de la ciencia.


Tendrá que lidiar con anacronismos enquistados en algunos sectores, con los escándalos del IOR el Banco Vaticano, con las sórdidas conductas pederastas que han sido ocultadas cuando no cohonestadas por altos jerarcas; de igual manera deberá contrarrestar la falta de vocaciones  religiosas y el avance de las iglesias bautistas en América Latina, a la vez que terminar con la exclusión de la mujer de las principales tareas de la iglesia.


Seguramente por sus 76 años no tendrá un pontificado como el de Juan Pablo II, pero tampoco será un Benedicto XVI y más de un millardo de fieles estará pendiente de su guía, sus prédicas y su ejemplo.

EL NUEVO DÍA

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