Para recuperar su ciudad

Pasará mucho tiempo para que se reconstruya un tejido social permeado por el contrabando, el narcotráfico, las bandas asesinas, los combos y el espíritu del dinero fácil. Pero al menos están tratando con todas sus fuerzas.

Con grandes y merecidos aspavientos Medellín celebra el hecho de haber sido escogida como la más innovadora en el concierto de las ciudades del mundo.

Los antioqueños han sabido aprovechar las sin iguales oportunidades que se iniciaron con el gobierno de Belisario que les regaló el Metro más costoso del mundo, que fue financiado por el presupuesto nacional cuando los sobrecostos amenazaban con hacer naufragar el proyecto.

Luego vinieron los ocho años de Uribe en los que más de la mitad del gabinete y las posiciones más importantes del país eran ocupadas por antioqueños y los que no eran oriundos de Manizales, Armenia o Pereira. Unos y otros se supieron acompañar de los presupuestos de sus carteras y las entidades a su cargo y lograron hacer llover los recursos sobre la capital antioqueña y otros municipios del Valle de Aburrá, así como de las vías periféricas.

A fe que ese colosal despliegue de dinero ha sido enriquecido con aportes de las entidades regionales y locales, tanto públicas como privadas, que se complementa con grandes dosis de buen gusto, generosidad de espacios, diseños novedosos y un sentido encomiable de inclusión que busca remediar los graves problemas sociales que afectan la región y la urbe.
   
la ciudadanía; de manera que ni en el Metro, el Metro Cable, Transmetro (el Transmilenio de Medellín) o la escaleras mecánicas, hay quien bote basura, consuma alimentos o bebidas y no le ceda el puesto a señoras y ancianos.

Los parques están abiertos para todos: Explora, Pies Descalzos, el Jardín Botánico, el Orquideorama, inclusive el Planetario es gratuito para quienes prueben con las facturas de servicios que pertenecen a los estratos 1 y 2. De manera que son multitudes los que disfrutan de bibliotecas, sitios de recreación o hacen parte de las 26 bandas de música patrocinadas con recursos oficiales o utilizan los eficientes medios de transporte que ahorran tiempo y proporcionan comodidad a todos, pero especialmente a los más pobres.

Sitios como la Plaza de Botero, enfrente al Hotel Nutibara, permanece repleta de visitantes, pero como recuerdo de las tensiones sociales se observa la presencia de decenas de niñas y jovencitas que se prostituyen a la vista de las autoridades   y se mimetizan entre las esculturas.

En medio de tantas obras y servicios, de una ciudad pujante con grandes inversiones en tecnología; centros comerciales donde se presencia un despliegue de modernidad y riqueza, coexiste la otra ciudad, la de las comunas, la de las bandas, las oficinas de cobro y la de los 40 asesinatos en un fin de semana.

Pasará mucho tiempo para que se reconstruya un tejido social permeado por el contrabando, el narcotráfico, las bandas asesinas, los combos y el espíritu del dinero fácil. Pero al menos están tratando con todas sus fuerzas.

EL NUEVO DÍA

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