Un paso hacia la paz

Como puede verse, el trecho es duro y, sin duda, tomará mucho tiempo, sacrificio y comprensión culminarlo, pero por primera vez en medio siglo se abre una esperanza de conseguir la paz.

ulminó en La Habana otro período de conversaciones entre el gobierno colombiano y las FARC y se dio un trascendental paso en el propósito de conseguir la paz.

El segundo de los cinco temas acordados tomó más tiempo del esperado mas la complejidad del mismo y las innegables repercusiones que lo acordado habría de tener hizo que el análisis y las deliberaciones se prolongaran.

Si bien se mantiene la premisa establecida que “nada está acordado hasta que todo esté acordado” , el tema de la participación en política, las facilidades y protecciones para la oposición y la existencia de territorios especiales para el ejercicio de la política representaban un tremendo obstáculo, que al ser superado, facilita la fluidez de los diálogos.

Los garantes y el gobierno han enfatizado en el hecho de que es un nuevo paso, pero no el último, que cualquier concreción final debe pasar obligatoriamente por la dejación de las armas, la desmovilización del grupo guerrillero y su reinserción a la vida civil; y que, cualquiera que sea el acuerdo, debe ser refrendado por el pueblo.

Sigue otro tema espinoso, el que tiene que ver con el narcotráfico, en el que tan involucrada está la guerrilla, aunque se niegue a aceptarlo. Por supuesto que habrá de entrarse en el pantanoso tema de la verdad, la justicia y la reparación y, cuando todo esté hablado y acordado y si el pueblo colombiano lo refrenda, se iniciará el tramo más complejo, duro y decisivo: el post conflicto. El arduo proceso en el que quienes se han enfrentado por años y se han infligido heridas que son muy difíciles de sanar, han de proceder a aceptarse unos a otros, a compartir civilizadamente y a proveer los instrumentos para reinsertar a la sociedad a quienes formaron parte de los grupos armados.

Como puede verse, el trecho es duro y, sin duda, tomará mucho tiempo, sacrificio y comprensión culminarlo, pero por primera vez en medio siglo se abre una esperanza de conseguir la paz.

Paradójicamente a quienes más molesta el avance en las negociaciones sea a quienes para nada estorbó que los aliados de los paramilitares llegaran al Congreso, las gobernaciones y las alcaldías; que encabezados por Mancuso aparecieran, estrenando vestidos de diseñador y entre aplausos, al Congreso y que hicieran de Ralito, La Ceja y El Nogal epicentros de sus festividades y celebraciones.

El próximo período de conversaciones se iniciará el 18 de noviembre y poco a poco se acerca el momento en el que el país deberá pronunciarse a favor o en contra de lo acordado.

Ojalá que así se llegue a la paz.

REDACCIÓN EDITORIAL

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