El fantasma del Túnel

Se viene, entonces, las interminables confrontaciones judiciales, los reclamos ante las empresas garantes de los contratos y las demoras en la culminación de una obra estratégica para la comunicación entre regiones y la competitividad del país.

Pese a los numerosos anuncios de la anterior Ministra de Transporte respecto de la inminente culminación de los trabajos del Túnel de La Línea y las periódicas prórrogas que ese despacho otorgaba a los contratistas, la noticia es que Invías ha pedido la caducidad del contrato por el incumplimiento y las grandes fallas de calidad en la ejecución del mismo.

En este rotativo a través de trabajos periodísticos y por la opinión de columnistas especializados se ha hecho un continuo seguimiento a las actuaciones y trabajos de la firma contratista, al punto de que en programas de alta audiencia en la radio nacional los amigotes y validos de los incumplidos a los que se han unido los infaltables traganíqueles locales señalaron las apreciaciones de infundadas y propias de ignorantes y, en otras ocasiones, calificaron de zoilos a quienes así informaban u opinaban sobre la estratégica obra.

Por cierto, en estas mismas líneas se advirtió que los optimistas anuncios de la Ministra no iban a tener concreción, por lo que la decisión del Invías nos otorga plenamente la razón.

No ha sido por falta de previsión, estudios o recursos por parte del gobierno, ya que si se recuerda se procedió a construir un túnel piloto para tener certeza sobre las condiciones geológicas del sitio, así como se ha pagado el 99 por ciento de los recursos contemplados en el contrato y, apenas, se ha avanzado en un 14 por ciento en procesos esenciales e imprescindibles como el revestimiento.

Al Gobierno no le ha quedado opción distinta a acoger el informe de la interventoría e iniciar el proceso de caducidad del contrato. Se viene, entonces, las interminables confrontaciones judiciales, los reclamos ante las empresas garantes de los contratos y las demoras en la culminación de una obra estratégica para la comunicación entre regiones y la competitividad del país.

Solo para el registro histórico y para que quede constancia en los anales del ministerio y el Invías sería de suprema utilidad que se le contara al país cuáles han sido los protagonistas de la controvertida obra, los gobiernos y los funcionarios que intervinieron en la adjudicación de los trabajos, los méritos de los beneficiarios (que por cierto figuran en muchas otras fracasadas licitaciones y contrataciones) y las cuantías invertidas. A lo mejor los vuelven a contratar para otros desarrollos.

A propósito: ¿Qué falta para adjudicar el tramo de ampliación de la vía Ibagué -Cajamarca?

REDACCIÓN EDITORIAL

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