Padre de Armero ¿mártir o verdugo?

A raíz de ello, y quizás con el ánimo de desquitar su rabia o cobrarle al padre por la muerte de Gaitán, el pueblo armerita de tradición liberal, fue en búsqueda suya y terminó por masacrarlo. “No quedará piedra sobre piedra en Armero”, fueron sus últimas palabras.

La historia del magnicidio del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán se ha quedado corta para contarse. Más allá de atribuírsele a sectores conservadores que en su momento gobernaban Colombia y veían en él una gran amenaza, también han surgido hipótesis en las que se involucra a la Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA), a fin de derrotar el comunismo representado por Gaitán y por otras figuras políticas nacientes en el continente como Fidel Castro, quien para la fecha del asesinato, paradójicamente estaba en Bogotá para participar de un evento del movimiento estudiantil en donde Gaitán proclamaría un discurso.

El llamado Bogotazo además de darle inicio a lo que fue conocido en nuestro país como la época de la violencia bipartidista, dejó cientos de saqueos en toda Colombia y una gran cantidad de muertos, entre esos el cura Pedro María Ramírez, párroco de Armero-Tolima, y quien está próximo a ser beatificado por el Papa Francisco en su visita al país en el mes de septiembre. Justamente un día después de la muerte de Gaitán, una chusma enardecida ingresó hasta la casa cural del desaparecido municipio algodonero, lo sacaron de la misma y lo acribillaron a machetazos.

La historia cuenta que el padre Ramírez, originario de la Plata-Huila, fue un activo militante político, cercano a las bases conservadoras de aquel entonces, y usaba el púlpito para atacar y vilipendiar al liberalismo de Gaitán y a todo lo que fuera en contra de las creencias tradicionales del conservatismo. A raíz de ello, y quizás con el ánimo de desquitar su rabia o cobrarle al padre por la muerte de Gaitán, el pueblo armerita de tradición liberal, fue en búsqueda suya y terminó por masacrarlo. “No quedará piedra sobre piedra en Armero”, fueron sus últimas palabras.

Hoy con el antecedente de la tragedia que borró del mapa a aquel municipio, y ante la intención de la beatificación del padre Ramírez, reclamos han surgido de parte de Gloria Gaitán, hija del caudillo, y quien ha puesto en tela de juicio el comportamiento del cura y su actuar como mensajero de Dios.

Para Gloria, el padre Ramírez no murió como mártir de la fe, sino por una causa política, promoviendo un discurso de odio en contra de su padre, y maldiciendo al pueblo de Armero, que por coincidencia o no terminó convertido en un gran cementerio.

Milagros atribuidos al padre de Armero, así como el gran cariño que sienten en su natal Huila por su memoria, se suman a la lista de cosas positivas alrededor de la beatificación del cura, que, de concretarse finalmente, en poco o nada cambiará la historia de los armeritas.

Lo otro que habría que mencionar es que el caso del padre Ramírez es un claro ejemplo de lo caótico y equívoco que resulta la mezcla entre la religión y la política, muy común por estos días.

REDACCIÓN EDITORIAL

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