El Tolima es nuestro hogar

La destrucción de los bienes públicos, que se ha registrado en los últimos días en la ciudad, merece una reflexión aparte y separada de los motivos de la protesta ciudadana ocasionada por la presentación de una reforma tributaria en medio de la peor situación económica de los últimos años.

Muchas personas han expresado su inquietud por las acciones de vándalos que se han ensañado con monumentos, parques, fachadas, semáforos, paraderos y otros elementos que forman parte del mobiliario urbano.

La preocupación es válida, pues los bienes públicos son construidos con los recursos de todos, ya que provienen de nuestros impuestos; de manera que el dinero que se usará para su recuperación saldrá de nuestros bolsillos. Además, están hechos para el uso y goce colectivo, y si permitimos que los destruyan no los podremos disfrutar.
En el cuidado y preservación de los bienes públicos todos tenemos responsabilidad.

En primer lugar, la construcción, dentro de los parámetros de calidad requerida sin  despilfarro de recursos, y su mantenimiento, corresponden a la administración pública; de allí parte que queden bien hechos y que se invierta lo necesario para evitar su deterioro. En las familias también ha de existir compromiso, y este comienza cuando se les enseña a los niños, con el ejemplo, que no deben destruir lo colectivo, que los parques y sus juegos son para hacer buen uso de ellos, que el mobiliario urbano no es para destruirlo, que los separadores y otros lugares públicos no son basureros, y que estos espacios pertenecen a todos.

En los colegios es preciso transformar el equivocado pensamiento arraigado en nuestra sociedad, según el cual lo público no tiene dueño y por ello se puede echar a perder; también es preciso vincular a los estudiantes con actividades de cuidado y limpieza de estos lugares. En las juntas de acción comunal se debe ejercer vigilancia para que los vecinos hagan buen uso de los espacios y en las empresas e instituciones se debe trabajar en el mismo sentido. 

Por eso desde este medio de comunicación queremos invitar a los tolimenses a que miren al Departamento, sus calles, sus museos, sus bibliotecas, sus parques, sus monumentos, sus puentes, sus ríos, sus montañas como lo que son: nuestro hogar, la casa que debemos cuidar, respetar y no destruir. Y recordar, en todo tiempo y lugar, que el daño que hacemos a estos espacios nos afecta a todos. 

EL NUEVO DÍA

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