La encuesta Pulso social del DANE tiene como propósito recopilar las opiniones de los colombianos sobre aspectos que inciden en su calidad de vida. La más reciente medición, correspondiente a diciembre de 2022, puso al descubierto un marcado pesimismo entre los colombianos de las 23 ciudades y áreas metropolitanas analizadas.
Y no es para menos, los precios de los alimentos están subiendo aceleradamente, las ofertas de trabajo disminuyen, existe incertidumbre por las reformas y Colombia no es ajena a la crisis económica mundial. Por eso, el indicador de confianza del consumidor estuvo en 32,1%, inferior al de diciembre de 2021, cuando fue de 39,3%. En Ibagué este indicador fue de 37,1%. El más alto fue Cúcuta (44,9%) y el más bajo, Cartagena (25,9%).
Algunas repuestas muestran el desaliento generalizado: el 54,5% de los colombianos encuestados considera que la economía en su hogar está peor que hace un año; mientras que en Ibagué el 46,5% se siente identificado con esta afirmación, el 7,1% dijo estar mucho peor y solo el 0,2% dijo estar mejor. El 69,5% siente que la situación económica del país es peor que hace un año; en Ibagué es el 54,2% el que tiene esta opinión. El 33,9% de los colombianos cree que dentro de un año la situación económica del país será peor, frente al 36,1% de los ibaguereños que opinan lo mismo. El 33,6% cree que los precios aumentarán mucho y el 22% que el empleo disminuirá mucho.
El 58,9% de los ibaguereños dijo que, con respecto al año anterior, no cuenta con posibilidades de comprar, zapatos, ropa o alimentos; el 61,9% dice que tiene menos posibilidades de comprar muebles o electrodomésticos, salir de vacaciones (89,7%) o ahorrar (84,2%). La mayoría (94,9%) no tiene planeado comprar carro en los dos próximos años ni adquirir, construir o remodelar vivienda (86%).
El indicador más preocupante es el que tiene que ver con la carestía, que obliga a los hogares a disminuir la calidad y la cantidad de los alimentos. El 73,5% de los colombianos afirma que consumen tres comidas diarias, mientras que en Ibagué solo el 64,8% lo puede hacer; es decir que más del 35% de los ibaguereños consume dos comidas o menos.
Esta información es valiosa, no solo para medir y conocer la percepción de los ciudadanos, sino que también es una herramienta que les permite a los gobiernos planificar de manera acertada las estrategias para atender las situaciones que más afectan a la población. Ojalá puedan sacar el máximo provecho de ella.
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