Por unas fiestas seguras

En los meses de junio y julio acontecen las principales actividades fiesteras del año en treinta municipios del Tolima. Miles de tolimenses que viven en otras regiones del país regresan a sus lugares de origen y otros tantos turistas llegan a disfrutar del descanso y de las celebraciones sanjuaneras y sampedrinas.

En Ibagué comenzará en pocos días la programación oficial del 50 Festival Folclórico Colombiano, que, confiamos, será memorable. En la capital se esperan las delegaciones provenientes de los municipios del Tolima y de los demás departamentos, así como grupos invitados del exterior. 

Este tipo de eventos multitudinarios requieren que se elabore una cuidadosa planificación para garantizar la seguridad de los participantes, pues es probable que se presenten contratiempos, debido a la aglomeración de personas. Lamentablemente, estos espectáculos también atraen delincuentes, porque saben que muchos asistentes disponen de sus ahorros para la celebración, por lo cual se debe redoblar la vigilancia en las calles y en los establecimientos de diversión nocturna. Así mismo, el licor es infaltable, pero su consumo en exceso ocasiona incidentes desafortunados como riñas y accidentes de tránsito.

Este año las autoridades seguramente habrán preparado una programación minuciosa, para hacer olvidar la desastrosa desorganización que reinó el año pasado durante los desfiles folclóricos. Por esta razón, la Gobernación, la Alcaldía y la Policía Metropolitana de Ibagué anunciaron que trabajarán articuladamente para garantizar la seguridad. La Policía informó que mil uniformados harán presencia en los más de sesenta eventos que se cumplirán en escenarios como el teatro Tolima, el parque Murillo Toro y el coliseo de ferias, así como en la carrera Quinta, por donde pasarán los desfiles de San Juan y Nacional del Folclor.

A la labor de garantizar unas fiestas seguras se unieron las entidades de salud del departamento y los organismos de socorro (Defensa Civil, Cruz Roja, Bomberos Voluntarios) que habrán de estar disponibles las 24 horas.

Adicionalmente, deberá existir supervisión y vigilancia en el cumplimiento de la normatividad y las medidas de seguridad por parte de los organizadores privados, con el propósito de evitar tragedias como el desplome de la plaza de toros portátil en Espinal hace dos años, que dejó cuatro muertos y decenas de heridos. Igualmente, es preciso verificar que los constructores de tarimas y palcos hagan bien su trabajo; incrementar la vigilancia policial en los barrios, no solo en los escenarios de las fiestas, y garantizar la presencia de agentes de tránsito para impedir que los ebrios conduzcan y ocasionen accidentes.

A los ciudadanos solo resta pedirles que disfruten las fiestas con alegría, sin excesos y con mucha responsabilidad. 

EL NUEVO DÍA

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