Según explicó Luis Cardozo, docente del programa profesional en Entrenamiento Deportivo de Areandina, este término incluye un conjunto de percepciones que tienen los individuos sobre su condición física, habilidades motoras y apariencia.

“Este aspecto ha tenido un gran interés principalmente en edades escolares por la importancia de estas etapas para el desarrollo, formación y consolidación del autoconcepto físico, que coincide con las etapas iniciales para la maduración cognitiva, memoria de trabajo y velocidad de procesamiento de la información”, explicó el docente.

De acuerdo con Cardozo, para abordar este tema es necesario indicar que el autoconcepto físico es una estructura multidimensional, es decir, está compuesta por varias áreas. “Una de las clasificaciones que hemos adoptado, indica que lo componen: la autoestima, la fuerza, la condición física, la percepción corporal y la competencia percibida”.

Y agregó: “De este modo, una persona puede percibir que presenta una muy buena fuerza física, pero tener una baja percepción corporal, aunque en pocas ocasiones sucede ello”.

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¿Qué sucede en los universitarios?

Según dijo el docente, en los estudios que se han desarrollado han encontrado algunos aspectos bastante llamativos. “Por ejemplo, las mujeres en todas las dimensiones presentan valores inferiores con respecto a los hombres. Posiblemente por la presión sociocultural, que exige un prototipo de cuerpo femenino y que en ocasiones es poco saludable e inalcanzable”, sostuvo el docente.

Otro hallazgo es que los universitarios de estratos socioeconómicos altos tienden a tener un menor autoconcepto físico que aquellos de estratos bajos. Para Cardozo el círculo social de los universitarios generaría estos condicionamientos; la presión social por tener ropa de marca, el último dispositivo telefónico, entre otros, no solo afecta su autoestima general sino su autoestima física.

El entorno académico universitario tiene un “efecto moderador" en el autoconcepto físico y, por lo tanto, puede variar entre estudiantes de distintos programas académicos. En hombres no se ha encontrado esta diferencia, pero si en mujeres, teniendo una mejor percepción aquellas que realizan actividad física dentro o fuera de sus clases.

Las recomendaciones 

Según el docente, hay algunos tips para tener un adecuado autoconcepto físico dentro de las universidades o fuera de ellas. Por ejemplo: 

- Incentivar la práctica de actividad física dentro o fuera de la institución, a través de estrategias pedagógicas desde el área de bienestar universitario. Los estudiantes no son los que deben acercarse a los programas que ofrece esta dependencia, “bienestar universitario es quien debe acercarse a los estudiantes”, explicó

- No solo debemos hablar de la salud física, sino también de la mental y emocional. El wellness o mindfulness, son estrategias que pueden desarrollar habilidades en los estudiantes a nivel mental, espiritual y emocional con el fin de controlar el estrés académico.

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