Asociación Colombiana para el Estudio del Dolor (ACED) se adhiere al llamado latinoamericano para articular acciones en la atención del dolor crónico

Crédito: Suministrada / El Nuevo DíaEn Colombia hay más de 15 millones de personas que padecen dolor crónico, es decir, la tercera parte de la población sufre esta enfermedad
Representantes de sociedades médicas de Latinoamérica urgen a los gobiernos y agentes de salud a garantizar que los pacientes tengan acceso a una mejor evaluación, diagnóstico y tratamiento de dolor crónico.
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La Asociación Colombiana para el Estudio del Dolor (ACED) celebró y calificó como clave para el desarrollo de estrategias y políticas públicas la más reciente Declaración de Lima sobre Dolor Crónico, firmada por las Asociaciones latinoamericanas que trabajan de cerca con este tema e impulsada por la Federación Latinoamericana de Asociaciones para el Estudio del Dolor (FEDELAT). 

El documento, además de llamar la atención de los gobiernos sobre un asunto que aqueja entre el 27% y 42% de personas en la región, de acuerdo con la Federación Latinoamericana de Asociaciones para el Estudio del Dolor (FEDELAT), tiene como objetivo generar conciencia sobre su clasificación como enfermedad en sí misma y el grave problema de salud pública que representa. 

En Colombia, según estimaciones de la ACED, uno de cada tres colombianos padece dolor crónico, es decir, más de 15 millones de personas. Además, es una enfermedad que se potenció a raíz de la pandemia y que tiene su principal causa en dolor lumbar crónico. 

Felipe Mejía, presidente de la ACED, explicó que en la declaración de Lima 22 especialistas de 14 países, entre ellos Colombia, llegaron a un acuerdo respecto a la denominación del dolor, las causantes de dolor y las posibilidades de tratamiento, con el fin de ilustrar a todo el personal médico que asiste a los pacientes en Latinoamérica y el país no es la excepción. 

 

“Colombia es un país abanderado en el manejo del dolor gracias a su sociedad científica y, de esta manera, ha podido incursionar y llegar a más población médica con el fin de caracterizar adecuadamente su manejo y diagnóstico”, dijo y al tiempo que con el documento la población médica del país podrá ahondar más al tema con el fin de hacer un adecuado manejo del dolor.

Sin embargo, aunque la sociedad científica se ha esforzado por diagnosticar y tratar el dolor crónico de la mejor manera, este padecimiento se está convirtiendo en una gran carga para el Estado, debido al grave problema de salud pública que representa y que la población en edad productiva, entre 25 a 55 años, debe jubilarse prematuramente, por eso mismo el dolor debe ser una prioridad de todos. 

Continuando, Mejía también indicó que el dolor, además de ser un tema que merma la calidad de vida de las personas que lo padecen, también afecta a su círculo familiar cercano. Además, estima que entre el 5 y 30% de las personas que tienen dolor renuncian a sus trabajos o se jubilan prematuramente, lo que también genera una carga importante para el Estado.

“El dolor lumbar crónico es la principal causa de incapacidades en Colombia y en varios países del mundo. Hoy, podrían representar el 20% del total de las mismas y por esta causa hay pacientes que pueden tener de tres a seis meses de inactividad”, comentó.

Por ello, los especialistas firmantes de la declaración de Lima subrayan que los diversos contextos y deficiencias en el sector salud que enfrentan los países latinoamericanos dificultan la aplicación de los parámetros establecidos en la nueva edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11).

Marco Narváez, presidente de FEDELAT, indicó que “en la región son insuficientes el número de unidades para el tratamiento del dolor y de profesionales de la salud capacitados, así como la falta de recursos asignados a programas de educación médica, son las principales barreras que impiden la adecuada atención del dolor crónico”.

Bajo este contexto la declaración busca poner en agenda iniciativas que contribuyan a la formulación de soluciones sostenibles, e insta a la participación articulada de gobiernos, asociaciones médicas, instituciones educativas y el sector privado.

En el texto de la declaración se destaca la implementación de la CIE-11, adaptando e integrando sus conceptos a la realidad particular de Latinoamérica, especialmente en la atención primaria, que es donde se inician las consultas por dolor crónico en la mayoría de los casos a nivel regional.

Asimismo, estipula la formación integral de un mayor número de especialistas en dolor (médicos y otros profesionales de la salud), así como el desarrollo de unidades de dolor, que garanticen un abordaje personalizado y multidisciplinar de la enfermedad. 

Con esta iniciativa, se espera promover y mejorar los informes de investigación clínica que servirán como base para el desarrollo de estrategias y políticas públicas que harán posible un adecuado manejo de esta problemática. y también insta a que se asignen recursos, por parte de los gobiernos, para financiar la investigación de dolor crónico y garantizar que los pacientes accedan a los mejores tratamientos posibles.

 

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