“Tener una empresa tan importante como es Arroz Roa, me hace sentir un orgullo muy grande” : Aníbal Roa

SUMINISTRADA - EL NUEVO DÍA
La familia Roa se ha caracterizado por ser una de las más visionarias y emprendedoras del país, Aníbal Roa Villamil, presidente de la Organización Roa y Florhuila; y Clara Solano de Roa, presidente de la Fundación ‘Amigos como arroz’ le contaron a EL NUEVO DÍA cómo nació esta empresa que cumplió 50 años

¿Cómo nació la empresa Arroz Roa? 

ANÍBAL ROA:  Mis hermanos y yo nacimos en Viotá - Cundinamarca, es una zona cafetera y fuimos muy unidos. Iniciamos con el negocio del café, y nos enteramos que en el Huila se sembraba bastante, entonces nos dio por irnos en 1959 para Neiva y allá empezamos. Ahí vimos el cultivo del arroz y me llamó mucho la atención, eso fue para el año 1960 – 1961, después tomamos en arriendo unos molinos pequeños y empezamos con el arroz.

¿Quién era el mayor de los hermanos?

AR: Mi hermano Rafael Vicente Roa era el mayor y el segundo, Ramón Hernando Roa; yo soy el menor, tengo 84 años.

¿En qué año adquirieron el primer molino?

AR: El 2 de marzo de 1968 fue la inauguración del primer molino, en ese tiempo nació Arroz Roa; pero se vendía por bultos, el empaquetado empezó en 1970; y en 1980 adquirimos otros molinos. Actualmente tengo tres en el Tolima: uno en Espinal, Chicoral e Ibagué.

¿Recuerda ¿cuántos eran sus empleados inicialmente?

AR: Eran unos 10 o 15 empleados.

¿Dónde empezaron a vender el arroz empaquetado? 

AR: Se empezó a ofrecer en Bogotá y a venderse en las plazas de mercado. Iniciamos en Neiva y luego en Bogotá, y así fuimos creciendo por todo el país. Hoy en día hay oficinas y bodegas en muchas partes de Colombia para poder atender directamente al cliente cuando requiera el producto.

‘El señor arroz de las señoras’ es un eslogan que se ha incrustado en la memoria de los colombianos, ¿cómo surgió?

AR: Eso fue en 1985 que se hizo la primer propaganda a través de la televisión con Mustafá. Se nos ocurrió ese nombre, por eso es el arroz de las señoras; y ese eslogan ha sido muy bueno porque desde la primera propaganda hasta la fecha tiene una recordación grandísima.

¿Cómo han sido esos 50 años de este proceso, de ser una empresa familiar a lo que hoy es un emporio en el país? 

AR: Los hermanos fuimos administradores de empresas desde un principio, los tres siempre estuvimos al frente en la lucha. Mi hermano Rafael murió en 1985 y seguimos con Hernando hasta el 2011 que fue cuando falleció; continuamos con mi familia: mis hijos y mi señora, que ha sido el apoyo que tengo para salir adelante con esta empresa.

En cuánto a los obstáculos, ¿qué dificultades ha tenido que afrontar y superar en este proceso?

AR: La muerte de mis hermanos. Cuando falleció Rafael en un accidente en Bogotá, fue el dolor más grande de mi vida, también cuando murió Hernando por una enfermedad. La muerte de ellos ha sido el problema más grande que he tenido en mi vida y en el desarrollo de la empresa.

Y en cuánto a satisfacción, ¿qué es lo que más lo enorgullece a usted y a su familia en estos 50 años de trabajo en la industria arrocera?

AR: Es haber empezado con algo muy pequeñito y tener hoy día una empresa tan importante como es Arroz Roa, que me hace sentir un orgullo muy grande porque es una empresa muy importante en todo aspecto; y la gran satisfacción es poder dar trabajo a una cantidad de gente.

¿Cuántos empleados tiene?

AR: Tengo 1.800 en todo el país, en los cuales el 45% son mujeres. La mujer es extraordinaria en todo sentido, están en las oficinas administrativas, en el campo con cultivos, también están en la parte industrial y de empaquetado. En todos lados están las mujeres y son excelentes para trabajar. Además son cabeza de hogar y hay que apoyarlas.

Ahora que Roa tiene diferentes presentaciones de arroz, ¿usted tiene algún gusto o preparación del arroz en particular?

AR: No, igual a como todo el mundo prepara los arroces; lo que sí tenemos nosotros es que sacamos un producto excelente de primerísima calidad.

¿Qué proyecciones tiene para más adelante?

AR: Estamos con otros productos para la canasta familiar como el café, atún y saborizados; tenemos varios para consumo nacional.

A parte de la muerte de sus hermanos, ¿ha tenido más tropiezos en algún momento en el desarrollo de la empresa?

AR: Sí, tenemos un problema. La Superintendencia de Industria y Comercio nos aplicó una multa indebida por una equivocación de un vendedor con una venta de dos millones de pesos y le puso una multa de 34 mil millones de pesos, la Superintendencia se aprovechó del derecho de mando e hizo esa multa. Estamos en demanda todavía y eso fue una cosa injusta, no sé porqué.

Entrando en ese tema, en este momento hay una propuesta de reforma y se habla de ponerle IVA a ciertos alimentos, ¿usted es partidario de que el arroz pague IVA?

AR: No estoy de acuerdo, porque es un producto de primerísima necesidad y los que más necesitan es la gente de más bajos recursos, además es de los que más se consume en el país. Ponerle IVA sería un problema muy grande para los consumidores.

 

FUNDACIÓN 'AMIGOS COMO ARROZ'

La Fundación ‘Amigos como arroz’, de la compañía, nació el 7 de octubre de 2007 como una entidad sin ánimo de lucro, a través de un trabajo de investigación sobre las necesidades con comunidades de la zona de influencia de la Compañía.

En la entidad se desarrollan proyectos de responsabilidad social dirigidos a poblaciones vulnerables, dentro de los que se destacan varios programas: Semilla, Siembra, Cosecha y Cosechando sueños, dirigidos a niños desde los siete años, jóvenes y madres cabezas de hogar, en los que se les ofrecen actividades de aprovechamiento del tiempo libre, oportunidades de educación superior, liderazgo y emprendimiento. 

Actualmente son 1.500 jóvenes a los que la Fundación les ha podido aportar en la educación superior, e impactados son aproximadamente 15.000 en el Tolima, Huila, Casanare y Meta. “En la parte del Tolima se han beneficiado de 320 a 325 jóvenes. Esperamos acrecentar todos los días, porque es muy duro ver muchachos que quieren realizar sus sueños y no han podido”, afirmó Clara Solano de Roa, presidente de la Fundación. 

Solano, que se caracteriza por ser una mujer entregada y trabajadora, se siente orgullosa de poder contribuir al desarrollo social del país durante 11 años en los que ha dirigido la Fundación, “me enorgullece ver muchachos que empezaron de cero y verlos hoy realizados profesionalmente, con valores y que quieren aportarle a otros jóvenes, que como ellos se quieren superar”, comentó.

Por ende, seguirá trabajando en afianzar los programas para que sigan creciendo y tener más personas favorecidas, tanto jóvenes con las becas de educación superior, personas aprendiendo de bisuterías y madres cabeza de hogar dedicadas a ejercer programas de dotación. “Creo que con esto le aportamos al país una parte muy grande e importante para el bienestar de nuestra patria, que la necesita”, agregó. 

Solano, quien ha sido parte importante en el desarrollo no solo de la Fundación sino de la Organización Roa y Florhuila, acompañando siempre a su esposo, se declara consumidora de todos los tipos de arroz y se refirió al eslogan característico de la compañía “nosotras la señoras somos decisivas en el consumo de las cosas del hogar, somos las que diremos ‘vamos a comer arroz roa, el arroz de las señoras’”, finalizó. 

Credito
EL NUEVO DÍA

Comentarios