En Villarrica, donde en los últimos años se ha hablado de un reasentamiento, que aún no se concreta, parece aflorar otra preocupación: un movimiento en masa por el que teme el alcalde Julio César Pérez, deje incomunicada a la población con el resto del departamento.

La situación, según explicó, se desarrolla en el sector denominado Los Corrales, localizado en la vía de ingreso y salida al municipio, la cual también conduce hacia Cunday y, por tanto, deriva en el tránsito a otros puntos de la región.

El caso, que se agudiza por cuenta de las fuertes precipitaciones, se registra, en particular, conforme al reporte del alcalde, aproximadamente a 500 metros más adelante del box culvert situado sobre la quebrada La Ruidosa, vía hacia el casco urbano.

“Consideramos que en ese sitio se presenta alguna falla porque hace muchos años que se han venido presentando estos deslizamientos ahí”, acotó el burgomaestre, quien señaló que el deslizamiento ha ‘golpeado’ el carreteable y un antiguo badén.

Si bien aclaró que de momento hay tránsito por la zona y que a través de la maquinaria municipal se adelantan arreglos parciales y tiene lugar un monitoreo continuo, advirtió sobre un deterioro evidente.

Así las cosas y con aras de mitigar el impacto en la dinámica económica, jalonada por la producción de café, guanábana, lulo, entre otros, ofició al gobernador del Tolima, Ricardo Orozco; el director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, Ungrd; la directora de Gestión del Riesgo Departamental, Andrea Mayorquín, entre otros actores, en busca de apoyo.

“Hacemos un llamado al gobierno departamental y al nacional para que nos echen una manito y de esta manera poder entrar a solucionar esta problemática que se ha venido presentando”, dijo Pérez.

En ese sentido, rememoró que se trata de una población de sexta categoría, por lo que no cuenta con mayores recursos, más aun, cuando el año anterior se apostó por la construcción del box culvert sobre la quebrada La Ruidosa, en el que se invirtieron $450 millones, siendo $106 millones aportados por la Ungrd.

Mientras espera por una visita por parte de entidades departamentales o nacionales, con el ánimo de analizar qué ocurre en el sector, aseguró que, en caso de complicarse el paso de vehículos, solo existiría una ruta alterna, la cual se empleó durante el tiempo en que se construyó el box culvert.

“Tendríamos que volver a sufrir el ‘flagelo’ de la vía que sale del casco urbano de Villarrica - Marayal - Bajo Roble - La Isla - El Diviso - Los Alpes, alrededor de 8 km, lo preocupante no es la distancia sino las condiciones de la vía, porque no fueron hechas para tráfico pesado”, apostilló Pérez.

Y concluyó: “Seguiremos trabajando mancomunadamente en aras de mitigar las necesidades que presenta la población, pero que también nos tengan paciencia porque son demasiadas las situaciones que se presentan y a veces no nos alcanzan las herramientas”.