Dispensario militar de Ibagué tiene en riesgo la vida de hombre con síndrome down

SUMINISTRADA - EL NUEVO DÍA
A Emiliano le han negado una tomografía, los pañales, un suplemento para tratar su desnutrición y la atención de una enfermera 24 horas.

Lina Castellar es una de las miles de personas, cuyas familias padecen por una mala prestación en los servicios de salud. La mujer, quien asumió el cuidado de su hermano Emiliano Castellar, de 51 años de edad, un hombre con síndrome down, se encuentra en batalla con el dispensario militar de Ibagué, entidad que durante los últimos nueve meses, gracias a sus malas decisiones administrativas, tiene en riesgo la vida de Emiliano.

 

Historia

Emilianito, como le dice su hermana, a lo largo de su vida ha sido una persona que, aparte de su condición, nunca había registrado complicaciones de salud; sin embargo, desde hace nueve meses las cosas comenzaron a cambiar. Emiliano empezó a registrar intensas convulsiones, debido a ello, ha tenido dos fracturas en una de sus piernas, situación que ha deteriorado cada vez más su salud. Pese a esto, el Dispensario Militar, poco o más bien nada ha hecho por tratarlo, así lo manifestó su hermana.

“Comenzó a sufrir convulsiones en noviembre del año pasado, se cayó producto de una de ellas y se fracturó la tibia. A él lo intervinieron, pero para la recuperación tuvo que comenzar a utilizar pañales. En febrero de este año, cuando ya estaba caminando de nuevo, tuvo otra convulsión y volvió a fracturarse la tibia y el peroné. En la clínica donde fue tratado tuvo una muy mala atención y tres días después lo intervinieron”, comentó Castellar.

La mujer agregó: “Ya con el problema de la pierna solucionado, me notifican que estaba incubando una bacteria, esa le produce una neumonía severa dejándolo en la UCI y, a pesar de que los pronósticos no eran nada alentadores, se recuperó. Le dieron la salida, pero ahí fue donde comenzó la peor batalla con Sanidad Militar”.

Para la recuperación de Emiliano, por indicación médica, le fueron concedidas 30 terapias respiratorias, físicas, de fonoaudiología y ocupacionales; procedimientos para que comiera y le efectuaron una gastrostomía, con la que duró 15 días sin comer, esto causó una afectación considerable en su salud.

Sin embargo, el problema con el Dispensario Militar fue la autorización para efectuar las terapias para enseñarle nuevamente a comer, respirar y activar su motricidad, toda vez que estas fueron reducidas a menos de la mitad.

“Fui y le pregunté a la coordinadora de terapias en casa por qué le quitaban la mayoría de las mismas, nunca recibí respuesta y me mandó a que yo efectuara las terapias. Desde entonces no han terminado. También como él salió con una desnutrición severa de la clínica a causa de la gastrostomía, le mandaron una proteína, pero cuando fui al dispensario con la fórmula, me dijeron que no está en el POS y que la tenían que cambiar y lo hicieron sin ningún tipo de criterio”, acotó.

Otra diligencia adelantada por la hermana de Emiliano ha sido para que le otorguen una enfermera en casa, pues ella es madre de un niño y cuida a su padre, quien es de la tercera edad. Esta petición, al igual que las anteriores, fue negada. Asimismo, para indagar qué causa las condiciones en Emiliano, los médicos le enviaron una tomografía, la cual duró mes y medio para adelantarse, pero por errores en el procedimiento, el examen debe efectuarse nuevamente.

“Ahora que voy a los trámites de la tomografía me dicen que espere, porque toca programarlo en Bogotá. A raíz de todas las inconsistencias interpuse una tutela y me dirigí a la Procuraduría, la institución averigua qué es lo que pasa. Esta situación ha generado la demora en la entrega de los pañales en retaliación. Ya llevo 15 días sin los pañales, la tutela me otorgó la enfermera porque sigue con las convulsiones, pero no lo han solucionado”, sostuvo la denunciante.

A causa de los procedimientos jurídicos emprendidos por Lina, ella asegura sentirse irrespetada por los funcionarios del dispensario militar.

“Fui señalada por la señora Ángela Sánchez, quien dijo que yo estoy haciéndoles una persecución, que soy una mentirosa, yo tengo todos los soportes de lo que digo. Ya llevo 15 días y nada que me solucionan”, resaltó la mujer.

Lina, durante este tiempo, ha tenido que afrontar la batalla y sobrevivir gracias a la caridad de muchas personas conocidas, pues por la negligencias del Dispensario, en este tiempo donde se le han negado los pañales para Emiliano, ha tenido que invertir 600 mil pesos para estos. Cifra que condiciona considerablemente la economía en su hogar.

 

¿Qué se ha hecho?

El viernes se llevó a cabo, por iniciativa de la Procuraduría Regional y la Veeduría de Salud de Sanidad Militar, una audiencia pública donde se expusieron los casos de omisión en el servicio del dispensario, así lo dio a conocer Hermelinda Quiñónez, representante de la veeduría.

“En la audiencia pública se llegó al acuerdo de adelantar unas mesas de trabajo donde se relacionará cada uno de los casos, posteriormente la Procuraduría presentará ante el director nacional del Dispensario las quejas de estos usuarios. El lunes se enviarán unos casos especiales donde estará la situación del señor, además del caso de una niña con intento de suicidio donde no ha tenido el acompañamiento médico, psicológico y psiquiátrico, y unos pacientes renales”, concluyó Quiñónez.

Credito
EL NUEVO DÍA

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