Es por ello que en fallo entregado el 3 de junio de este año, se reafirma la sentencia dada en septiembre de 2014 por el Juzgado Primero Administrativo de Descongestión del Circuito de Ibagué, en ella se dictamina que la entidad de salud debe indemnizar a la familia económicamente por concepto de perjuicios morales, daños materiales y además realizar un acto público de excusas.

Historia detrás de la demanda 

En 1999, Gloria Helena ingresó por consulta externa al hospital de Purificación, aunque tenía una buena condición física, un constante dolor en el lado izquierdo de su cuerpo le aquejaba constantemente, que con el paso del tiempo se convirtió en una situación crónica, hasta el punto de asistir mensualmente al centro hospitalario, citas en las que solo recibía calmantes y no un diagnóstico profesional que le permitiera conocer qué era lo que originaba la dolencia.

Tuvieron que pasar tres años para que los médicos que la atendían ordenaran una ecografía de pelvis, examen que mostró “una imagen quística de 51 mm de diámetro de aspecto normal”, se explica en el fallo. Este resultado llevó a ordenar una intervención quirúrgica.

En el procedimiento, practicado en el Nuevo Hospital de La Candelaria, se perforó una víscera hueca, por lo que una semana después fue remitida al hospital Federico Lleras Acosta. Allí Quiceno fue reintervenida porque se le encontró peritonitis generalizada. Luego el 24 de agosto de 2003, una vez más llegó al quirófano del Federico Lleras para practicarle “un lavado peritoneal posquirúrgico, debido a su tórpida evolución y ante sospecha de sepsis abdominal persistente”.

Después de las intervenciones, Gloria estuvo entrando y saliendo de urgencias durante los siguientes meses, hasta que el 2 de agosto de 2004 se evidencia una infección que le gana la batalla , falleciendo 13 días después.

A raíz de esta situación la familia de la mujer decidió emprender un proceso jurídico en contra del Ministerio de Salud, el Nuevo Hospital de La Candelaria y el Federico Lleras, no obstante, se determinó que en este caso solo el Instituto de Purificación fue el que tuvo negliegencia total y que el Federico atendió un caso que se había iniciado allí.

Gloria dejó dos hijas que quedaron al cuidado de la familia.