En cuanto al panorama regional, Sánchez dijo que existe preocupación en Villarrica, pues la falta de una planta de tratamiento, origina que el agua se capte directamente de una fuente hídrica.

“Tenemos inconvenientes en una obra que se viene ejecutando desde 2013, ya se presentó una primera reformulación para estabilizar el talud donde se pretendía hacer la planta de tratamiento y el tanque de almacenamiento. En la actualidad tenemos el proyecto listo para presentar una segunda reformulación”.

El gerente recordó que esta obra inconclusa, tiene un costo cercano a los $2 mil 800 millones.

Otra de las poblaciones que está en el radar por la falta de agua potable es Saldaña. Y en las que se ha venido superando la problemática son Murillo y Santa Isabel, este último “presentaba unos niveles altos de Irca (Índice de Riesgo de la Calidad del Agua) y en otros encontramos falta de operatividad en la plantas de tratamiento”, explicó el gerente.