Huertas comunitarias en tiempos de pandemia en el norte del Tolima

Crédito: SUMINISTRADA - EL NUEVO DÍAJosé Antonio Agudelo y Kevin Morales realizan esta actividad en Mariquita y municipios cercanos.
En Mariquita dos jóvenes le ayudan a personas vulnerables a iniciar con huertas.
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Tener una huerta casera en estos momentos de pandemia cobra una especial importancia y requiere de menos esfuerzo del que las personas imaginan. Se pueden hacer con materiales reciclados y, al ser alimentos autoproducidos el ahorro de dinero es considerable.

En Mariquita, dos jóvenes se dedican a asesorar a las personas para que comiencen a cultivar huertas en sus casas con el objetivo de un día ser autosostenibles alimentariamente.

José Antonio Agudelo, ingeniero agrónomo, y Kevin Morales, tecnólogo logístico, son quienes adelantan esta iniciativa, llamada “Huertas de Vida”. Según dicen, la idea nació de su pasión por el campo y necesidad de ayudar a la comunidad de Mariquita.

“Un día fuimos a mercar y vimos una libra de tomate a 1.300 pesos, aún en medio de una pandemia. Las personas ignoran que pueden tener todo en su casa para cultivar muchas de las cosas que necesitan a diario. Solo queremos hacerles caer en cuenta de eso”, dijo Kevin Morales.

El proyecto, enfocado a personas en condición de vulnerabilidad, se realiza en dos sentidos. Uno, más técnico, tiene que ver con cómo realzar la siembra y cosecha. El otro se encamina hacia la formación y el sostenimiento del emprendimiento.

“Les enseñamos desde cómo sembrar hasta cómo comercializar. Esto lo estamos emprendiendo desde la parte social, llegando a personas que en estos momentos están pasando por momentos difíciles con una posible fuente de ingresos y poder algún día llegar al autosostenimiento”, señaló.

A su vez tienen tres ejes que les sirve como guía: medio ambiente, seguridad alimentaria y alimentación saludable.

“En el eje de medio ambiente le enseñamos a las personas que lo que ellos llaman basura se puede utilizar para hacer cajones o materas. El reciclaje es fundamental. En la seguridad alimentaria es que siempre tengan una fuente de alimentos que siempre pueden tener ahí. Con respecto a la alimentación saludable les enseñamos que se puede cultivar en orgánico, que vea qué es lo que se están comiendo”, agregó.

Si la huerta es llevada de una forma correcta puede ser un aporte grande para las finanzas de una familia. Ayudaría a volver al conocido trueque y, en tiempos de crisis como los actuales, cualquier ayuda es bienvenida.

“Nosotros le podemos decir a una señora: 10 matas de tomate le puede producir 3 kilos en promedio. En la misma casa se puede consumir un kilo y medio. Esa señora puede ir donde su vecina y hace trueque y recibe una panela, una libra de arroz o de café. Esas son cosas que ya no tendría que comprar y sería un ahorro”, sostuvo Kevin Morales.

Otra opción es que esa persona puede ir a vender lo que le sobra y generar un ingreso. Así se inicia un emprendimiento con una inversión sencilla.

“Para financiar nuestra intervención en sectores vulnerables también vendemos huertas privadas. Hay muchas personas que sí pueden pagarla y gozar de los beneficios. Les entregamos todo completo, además de la capacitación.

Con el tema de la pandemia y el distanciamiento social están pensando en la posibilidad de brindar estas asesorías de manera remota.

“Estamos mirando un esquema de trabajo virtual. En el Gimnasio Campestre Beth Sharon vamos a ir a hacer una huerta y a enseñarles a los padres de familia cómo es el proceso. Planeamos filmar esa actividad y comenzar a montar una especie de capacitación virtual para que más personas puedan acceder a este proyecto”, expresó.

Por último, Kevin enfatizó en que las huertas comunitarias ayudan a la integración familiar y a la realización personal. Por eso hizo un llamado a que más personas se animen.

“Le apuntamos a que las personas vean lo beneficioso que es para el medio ambiente, queremos que las personas recuperen una economía circular”.

 

Dato

Principalmente se cultiva tomate, pimentón, berenjena, frutales como maracuyá, badea, especias como el romero, orégano y aromáticas como yerbabuena, entre otras más.

Credito
EL NUEVO DÍA

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