Una triste despedida
El escabroso manejo que el saliente presidente del Senado, Juan Diego Gómez, le dio a la instalación del nuevo Congreso y el retardatario recibimiento que le dieran Paloma Valencia y compañía a la designación del exmagistrado Iván Velásquez como nuevo ministro de Defensa es un indicio de lo borrascosos que podrían llegar a ser los trámites de las grandes reformas en que está comprometido Gustavo Petro, si este no se hubiera puesto los guantes de seda con los que está manejando la espinosa escogencia de quienes lo acompañarán desde el gabinete ministerial, el cuerpo diplomático y demás importantes cargos.