Surgen nuevos escritores

Contenido Exclusivo
Los niños y niñas ganadores de la segunda versión ‘Ibagué te canto y te cuento’ se apropiaron de las letras y comparten con todos nuestros lectores sus relatos. Unos escritos cargados de aventura, mucha imaginación, reflexión, así como tradición tolimense.
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CATEGORÍA A DE 7 A 9 AÑOS 

Perdidos en la montaña - Samuel Andrés Galindo Ramírez

Un grupo de compañeros tomamos la decisión de ir a acampar cerca al nevado del Tolima, se hicieron todos los preparativos sin que faltara nada para ese viaje que siempre se quería hacer, pero por problemas que se presentaban no se había podido.

Se hizo una reunión previa para mirar las obligaciones de cada persona y lo que debía llevar para que en el viaje no faltara nada, se logró acordar una fecha y sitio de salida.

Llegó la hora esperada por todos, salimos a las 6 de la mañana a coger el transporte que nos podía llevar hasta el corregimiento de Juntas; cuando llegamos a ese corregimiento desayunamos y empezamos a subir la montaña, pero estaba lloviendo demasiado y nos tocó parar por varias horas. El camino se puso pesado y no podíamos pasar de un lugar a otro porque las quebradas estaban muy caudalosas y era peligroso caer ahí.

Por tal motivo, llegamos tarde de la noche a una cabaña que hay en la vereda el Silencio y  se queda la mayoría de las personas que van acampar. 
Nos tocaba esperar a la mañana siguiente al guía turístico que nos llevaría a conocer hermosos lugares cerca al nevado del Tolima, pero nunca llegó, entonces decidimos adelantarnos sin él. 

Pasamos por un bosque espeso, y uno de los compañeros se separó por un momento y se extravió, buscamos cerca, pero no lo encontrábamos, por tal motivo decidimos separarnos para emprender una búsqueda que nos permitiera llegar hasta donde él. 

Después de 3 horas de búsqueda llegamos tan solo tres personas al sitio donde habíamos quedado de llegar cuando termináramos la búsqueda; asumimos que se había extraviado el otro compañero y empezamos a buscarlo y a llamarlo por su nombre.

Se hizo la búsqueda por varias horas, pero ya se estaba oscureciendo y decidimos volver a la cabaña; cuando llegamos ahí nuestros dos compañeros ya estaban en ella, gracias a Dios.

No pudimos encontrar a nuestros compañeros antes, porque no habíamos llevado elementos de comunicación sino los celulares y no había señal en esos momentos. Se nos habían olvidado las linternas, luces, pitos, mecheras y otras cosas que necesitamos en esos momentos de angustia.

El guía turístico llegó al día siguiente, le contamos nuestra tragedia y él nos dijo que gracias a Dios no nos había pasado nada, porque hay muchas personas que se pierden en el camino y hasta llegan a morir del frío. Desayunamos y salimos muy contentos para continuar nuestro paseo por el Nevado del Tolima, pero ya llevábamos todos nuestros implementos de comunicación.

 

El conejo come zanahorias - Kevin Alexander Piernagorda   

El conejo tierno le encantaba comer zanahorias y le gustaba dormir a toda hora, era muy perezoso y no le gustaba ayudarle en los oficios a la abuelita que era que vivía con ella.

El conejo no iba a la escuela solo le gustaba comer y dormir, hasta que una vez la abuelita le escondió todas las zanahorias y lo obligó a ir a estudiar y a ayudarle hacer las cosas en casa. Él veía como su abuela le tocaba muy duro trabajar para darle de comer a él y a sus hermanos, entonces se prometió así mismo cambiar y no hacerla llorar más.

Además, que le ayudaba en casa, le gustaba ayudar con sus hermanos y así la familia cambió mucho y mejoraron su vivir, porque el conejo se dio cuenta que era mejor ayudar y no ser un holgazán. Su abuela y sus hermanitos lo felicitaban y le traían todos los días sus zanahorias más grandes y jugosas.

 

Un amante a la empanada - Paula Isabel Castaño

Voy a contar la historia de un muchacho llamado Tontilio. Desde que era un niño le encantaba comer empanadas, a medida que iba creciendo su gusto por las empanadas iba aumentando. 

Todos los días llegaba donde María, ella es una señora que vendía empanadas y también le gustaba las de doña Blanca, pero a él, le gustaban más las de María, porque tenían más carne y más rellenitas. 
Un día cuando se estaba comiendo una empanada vio pasar a unos chicos trotando, estaban en forma él suspiró y dijo no voy a comer más y él gritando habló y dijo “voy hacer dieta y ejercicio para estar en forma” así que Tontilio se puso su traje de hacer ejercicio y empezó. 

Se cambió el nombre a Jhon, iba a trotar, hacía ejercicio, estiramiento, pasaba el pasamanos y lo más importante comía saludable.

Pasaron 3 años haciendo las mismas cosas todos los días y al fin se puso en forma, él estaba muy contento así que dijo he estado haciendo mucho ejercicio ¿no pasaría nada si me como otra empanada? De repente cuando le metió el primer mordisco ‘boom’ se engordo se asustó y se fue corriendo a su casa, cuando entró al baño se miró al espejo y vio que se había vuelto gordo y dijo casi llorando: no me he comido una empanada en casi 3 años y miren como me volví, me va tocar hacer todos los días ejercicio “otra vez”.

Así que a la mañana siguiente se levantó y se lavó los dientes, se bañó, bueno se organizó e hizo todo de nuevo. Pero esta vez duró menos tiempo, duró dos años y volvió a estar en forma, así que ya no comió más empanadas nunca más y estuvo en forma toda la vida. Y colorín colorado este cuento ha terminado.

 

El Amor De La Muerte - Laura Sofía Rubio Padilla     

Todo empezó cuando mi existencia dio un giro, ya llevaba 145 años siendo un ángel de la muerte, pero un día la vi. Estaba haciendo mi trabajo, tenía que acompañar a su destino final a un niño de tan solo 3 años. 

Debía presenciar cuando lo atropellara un auto al correr imprudentemente cuando el semáforo aún no había cambiado, pero esa mujer se atravesó. Nunca había visto que un humano hiciera un acto de bondad tan grande como para sacrificarse por alguien que ni siquiera conoce. Ella no era su mamá, la verdadera estaba ocupada viendo su teléfono celular.

No podía dejar que la atropellaran, no a alguien tan maravilloso como ella, así que hice algo que no debía, desvié el auto... Lo sé, lo sé, estuvo mal lo que hice, pero es que ella era diferente, ella llamó mi atención. Me miró como si en realidad me viera, y no sé porque sentí que logramos una conexión.
Aproveché que ningún humano podía verme para buscarla, quería ver lo que hacía, quería ver cómo era, a qué se dedicaba, qué metas tenía, quería conocerla, conocer su dirección, si tenía familia. Y dejó claro que está prohibido para un Ángel de la muerte como yo. Pero no me importó y así fue como empecé a romper las reglas.

Pasé mucho tiempo siguiéndola y descubrí que se llamaba Emillie, trabajaba en su casa como escritora y no salía a ninguna oficina como lo hace la mayoría de la gente, no tenía familia en la ciudad, tenía pocos amigos y había algo extrañamente muy triste para mí, ella tenía una enfermedad, lo descubrí un día que la seguí a un hospital y escuché lo que le estaba diciendo un médico:

- Lo siento señorita García pero temo informarle que usted tiene solamente unos pocos meses más de vida, el cáncer pulmonar ya está muy avanzado y me temo que no hay ningún tratamiento que pueda ayudarla- Por alguna razón mi cara se llenó de lágrimas, pues sí ella moría no podría verla de nuevo. Gire mi rostro para poder verla pero ella no estaba triste ni asustada, y con una sonrisa en el rostro le dijo al doctor que ella iba a intentar que sus últimos meses fueran los mejores de su vida.

Ese día me fui triste a descansar, pero en el camino me encontré con mi viejo amigo Robert, él obviamente también es otro Ángel de la muerte pero un poco mayor, tiene unos 400 años más que yo. Platicamos sobre la situación, le dije que había una persona que me inquietaba, no le hable de mis sentimientos por ella, pero le relate lo que escuche del médico y le dije que ella iba a morir y no podría verla más y eso me dejaba muy mal.

Después de mucho pensar, Robert me contó que había una solución para eso, podría darle unos años más de vida, pero había un problema, tenía que convertirme en un humano para poder darle algunos años. Me pidió que lo pensara, porque las consecuencias podrían ser muy peligrosas para mí.
Pero el riesgo que debía asumir no me importo, yo estaba secretamente enamorado y no le vi problema, se que Robert lo adivinó por eso se atrevió a darme esa opción, me dijo que fuera con el jefe y le hablará sobre la situación para saber si podría darle ese tiempo a Emillie.

Al día siguiente, fui directo con el jefe para hablarle sobre la solución que me dio Robert, pero su respuesta me dejó preocupado. Aseguró que podía ayudarme, pero cuando me convirtiera en un humano no podría entrar en la vida de Emillie. Así que me pidió que lo pensara muy bien.

No volver a verla, no poder escucharla, ni saber que le podía pasar cada día me entristeció, pero lo importante era que ella estuviera bien. El jefeme aseguró que en 10 años ella no iba a morir, pero seguiría teniendo la enfermedad, un poco menos cruel, pero aún tendría ataques de tos ocasionales.

No lo pensé ni un minuto y accedí. Firmé el contrato y al soltar la pluma, esta desapareció y de repente todo se volvió oscuro y me desmayé. Después de un rato me desperté, no sé en realidad cuánto tiempo había pasado. Estaba en un apartamento que se me hacía familiar; era el apartamento que se estaba vendiendo al lado del de Emillie. Me dediqué a recorrer un poco el lugar aunque no encontré nada interesante.

De repente escuché una voz, era la voz de el jefe, me habló para despedirse de mí y para decirme que no nos veríamos en unos años. También me dio información importante para mi nueva vida, al parecer ahora me llamaba “Marcos Gutiérrez”, tenía 25 años, era enfermero de un hospital y ahora era el nuevo inquilino del edificio en el que vivía Emilie, también me recordó la única regla que tenía, “Por ningún motivo debo entrar a la vida de Emilie” y me dio el dichoso papel que firme, el cual deje olvidado en uno de los muchos cajones del armario de mi nueva habitación.

Estuve un tiempo acostumbrándome a la vida humana, era bastante difícil, pero nada que no pudiera controlar. Lo más extraño fue aceptar mi nuevo rostro, me veía con rasgos asiáticos pero con ojos occidentales. No sé porque me dieron esa imagen, pero la mejore con unos lentes circulares. Era un hombre de un 1.75 mts de estatura, cabello rizado castaño y unas cuantas pecas, no muy delgado, pero podría decir que era un tanto atractivo a los ojos de cualquier humano común.

Por algunos meses estuve siguiendo a Emilie a algunos lugares, pero ya no era tan fácil  como cuando era un ángel de la muerte, varias veces nos encontramos, como en el elevador o en los pasillos del edificio, pero yo nunca la saludaba por qué no me podía involucrar en su vida, así que posiblemente ella me conoce como “el vecino amargado de al lado que siempre lleva audífonos y la ignora”.

Un día, ella tuvo un doloroso ataque de tos y no podía respirar hasta que cayó al suelo casi muerta y por alguna razón ningún humano quiso ayudarla, tenía que hacer algo o ella moriría. Desesperado busqué ayuda y nadie, absolutamente nadie quiso detenerse para socorrerla. Así que muerto de miedo por las consecuencias, no las mías si no las de ella, tuve que llevarla al hospital y arriesgarme a entrar en su vida y esa regla definitivamente no podría incumplirla.
Tenía que irme antes de que ella despertara, pues no podía entrar ni siquiera por ese motivo a su vida. Estaba a punto de huir de aquel hospital, cuando una enfermera me alcanzó y me dijo que no había nadie que se encargara de ella, entonces tuve que quedarme.

Unas cuatro horas después despertó y me miró con unos ojos tan dulces que no pude evitar sonreír y así me volví su amigo. Hay Dios en que tamaño problema me metí. Acababa de saltarme la única regla que me exigieron.

Cuando Emillie ya no tenía que estar más en el hospital, regresamos a su apartamento. Obviamente ella descubrió que yo era el vecino amargado. Con el pasar de los días íbamos seguido a una cafetería en la que siempre comíamos y hablábamos un rato. También visitábamos un parque vecino, donde siempre tomábamos helados. Que lindos momentos. Definitivamente a quién le importaba esa absurda regla.

No dejaba de suspirar al ver sus bellos ojos dorados y su hermoso pelo rojizo, esos cálidos hoyuelos en sus rosadas mejillas y su melodiosa voz que ni el más hermoso canto podía superar. Por eso no lo note, estaba demasiado feliz para darme cuenta que me empecé a derrumbar, mis fuerzas se fueron yendo, la vista agotando, la voz quebrando, hasta que un desmayo en mi estudio trajo a mi mente, ese contrato, ese terrible y devastador contrato.

Cuando firme, por estar tan apurado por regalarle a mi hermoso amor más años de vida, no leí la letra pequeña. Corrí a mi habitación y busque afanado en los cajones del armario ese temido papel, debía saber si las consecuencias por incumplir la única regla ya habían empezado.

Fue muy duro leer que por salvar la vida de Emilie iba a tomar la enfermedad que ella tenía. Extrañamente no me dolía morir, era mucho más horrible saber que en el mundo de ella no iba a poder estar, me iba a ir amándola y no podía hacer nada. De mis manos cayó el papel y empecé a llorar. Nunca pensé que de un humano podían salir tantas lágrimas. No podría dejar de verla y así me quedaran solo días de vida no iba a renunciar a ella, ya no podía.

Sonó el timbre y al abrir la puerta estaba ella, pero al verla me desmayé. Cuando desperté, mi cabeza estaba apoyada en sus brazos y ambos estábamos en el suelo. Ella estaba muy asustada y no paraba de gritar y pedir ayuda para que alguien me llevara a un hospital. Yo era muy pesado para ella.

No quiso separarse de mí en toda la noche. Convenció a la enfermera de guardia para que la dejara estar junto a mí y todo el tiempo sostuvo mi mano, pero mientras más cerca la tenía, mis fuerzas se me iban escapando. Así fue como no supe más de mí.

Y adivinen. Desperté en el hospital y una enfermera me dijo que no entendía como logré despertar después de haber estado muerto por unos minutos. La verdad yo tampoco entendía, además Emillie no estaba por ningún lado.

Entró un doctor y su voz me recordó a Robert, pero era un hombre moreno apuesto de unos 25 años que caminaba hacia mí con una sonrisa en la cara. Creo que estaba alucinando. Él me revisó y cuando salió la enfermera me dijo:

-Mi amigo no puedo creer que lo lograras. Nunca pensé que descubrirías la cláusula que cancelaría la regla – hice una cara de no tengo ni la más loca idea de que hablas. Entonces él continuó:

- Lograste enamorar a tu amada y ella al demostrar su verdadero amor al verte perdido y casi muerto, rezo a EL JEFE y le pidió que te salvara y que tomara su vida a cambio de la tuya. ¿CÓMO? ¡Está loca!, ¿cómo pudo hacer eso?. Me sobresalte y de un brinco salí de la cama. No sabía dónde estaba ella. Y ¿si EL JEFE la escucho y se la llevo? Así no quiero vivir.

Las carcajadas del doctor que en realidad si era Robert me devolvieron mi alma que ya estaba saliendo de mi cuerpo y me dijo:

- El amor todo lo puede, pero el jefe no te lo dijo porque tú no podías obligar a Emillie a enamorarse de ti. Pero eres un tonto afortunado que consiguió su corazón por el sacrificio que hiciste al ceder tu salud para estar con ella.

Y así fue como vi entrar por esa puerta a la mujer más hermosa que hoy es mi esposa, con la cual tengo un bello hogar con un bebe gatuno y proyectos para un perro. De esto ya han pasado cinco años y mi hermosa Emillie está libre de cáncer y a mí además de los signos del paso de los años, una o dos arruguitas y casi ninguna cana, no me duele ni una uña.

 

Cuando el amor cura hasta la más profunda de las tristezas - David Esteban Ramírez Cárdenas

Había una vez, en la ciudad musical de Colombia, un niño muy pobre pero muy honrado de nombre Santiago. Su madre era una mujer muy reservada desde la pérdida de su esposo (el papá de su único hijo), rara vez decía algo; desde aquel acontecimiento se sentía responsable de que su esposo se hubiera ido.

Antes de que Santiago naciera, sus papás habían ido a ver un partido de fútbol en el estadio Manuel Murillo Toro, la pareja era hincha del Deportes Tolima, disfrutaban acompañar al equipo en cada partido, llevando sus camisetas puestas para apoyarlos. En esa oportunidad se enfrentaría al Deportivo Cali. Fue un excelente encuentro, todo iba bien, el Deportes Tolima ganó 3-1.

Al terminar el partido, al papá de Santiago le dio hambre, invitando a su esposa a buscar comida cerca de la plaza Bolívar, la señora también tenía hambre, pero respondió que no quería nada con la intención de evitar que su esposo gastara más dinero ya que no tenía un trabajo fijo, sin embargo ante la insistencia de su esposo aceptó con gusto la invitación a comer.

Después de pasar un rato agradable durante la cena y mientras se dirigían al carro para volver a casa, un hombre encapuchado le apuntó con un arma a la cabeza al papá de Santiago, gritándole que le entregara todo lo que tuviera de valor, el señor se resistió, no quiso ceder fácilmente al hurto y se defendió propinándole un golpe en las costillas al malandro, ante esto y quejándose de dolor el ladrón disparó su arma hiriendo en el pecho al papá de Santiago y subiéndolo a una furgoneta blanca se lo llevó. 

La mamá no pudo hacer nada mientras todo esto sucedía, quedó paralizada del miedo que le dio al ver que le estaban apuntando a su hombre amado con un arma; Cuando se llevaron a su esposo ella se tiró al suelo a llorar, solo pensaba que, si le hubiera dicho que no tenía hambre, eso nunca habría pasado, no hubieran terminado en este lugar y estarían sanos y salvos en casa. La madre de Santiago llamó a la policía para que buscaran a su esposo, la búsqueda se prolongó durante varias semanas, después de este tiempo su esposo fue hallado sin vida tirado en un oscuro callejón.

La mamá de Santiago quedó muy traumada después de que le dieran la noticia, tenía todas las esperanzas de que su pareja volvería con vida. El mismo día que le daba el último adiós a su esposo se enteró que estaba esperando un hijo, sabía que esa hubiese sido la mejor noticia para el hombre que compartió con ella sus últimos años de vida, ese bebé lo habían deseado por mucho tiempo y desde antes de engendrarlo tenían decidido que de ser varón lo llamarían Santiago en honor a su abuelo paterno. 

Desde ese entonces la señora se volvió callada, vivía con una tristeza profunda en su mirada y un vacío en su alma, ni siquiera el saber que pronto se convertiría en madre podía aliviar su dolor. La ausencia fue aún más dura considerando que el papá de Santiago era el que trabajaba, y desde que se fue, la mamá tuvo que montar una tienda a los alrededores del conservatorio para sostener a su hijo.

Santiago nació sano, fue un muchacho grande y fuerte desde sus primeras horas de nacido, se convirtió en un niño muy optimista y alegre a pesar de que su madre no irradiará esa misma felicidad, por esta razón siempre intentó mantener a su mamá lo más feliz posible, porque le daba mucha tristeza verla llorar por lo sucedido con su esposo.

En el colegio Santiago era muy buen estudiante, sin embargo, se enfrentaba constantemente a los apodos y al bullying que le hacían sus compañeros de salón, aunque él no les ponía cuidado a los comentarios ofensivos que solían hacer sobre él. 

Un día mientras hacían la elección del vocero del salón, Santiago se postuló para ese cargo, pero nadie votó por él, preciso ganó el niño que se llevaba bien con todos, y no por ser buen estudiante, sino que todos en el salón eran amigos de él, ante este fracaso Santiago se sintió muy frustrado, entendió que no había ganado y que nadie había votado por él por el hecho de no tener papá, todo eso hizo que se entristeciera mucho. 
Decidió contarle a su mamá lo sucedido y por primera vez en muchos años, la mamá se llenó de ánimos y abrazó a Santiago con todas las fuerzas de su corazón, viéndolo muy afligido le dijo:

-Hijo mío, sé que te entristece mucho que te hablen mal, o que no te traten como a los demás, pero no les hagas caso, ellos no saben por todo el dolor que tú has pasado, así que no dejes que hablen mal de ti. No vayas a acudir a la agresividad, mejor habla con ellos y muéstrales que eres como cualquier otro, pídeles que se pongan en tus zapatos y hazles entender que no es justo que te discriminen sin nisiquiera conocerte. Así que ármate de valor y dialoga con tus compañeros.

Santiago siguió el consejo de su mamá, confrontó a sus compañeros, les explicó que le dolía todo lo que le hacían, que no era justo que lo discriminaran sin nisiquiera conocerlo, los niños escucharon atentos los argumentos de Santiago y después de esa conversación por fin, los compañeros de Santiago se disculparon por todo lo que le habían hecho, Santiago empezó a hacer amigos y a integrarse con los demás, así fue como todo se solucionó, bueno... no todo, aún faltaba hablar con mamá y consolarla, hacerle entender que ella no tenía la culpa de nada, y que si papá había muerto era porque así lo había querido el destino.

Un día sentados en el mirador del Cañón del Combeima, rodeados de la tranquilidad y frescura que la naturaleza logra proporcionar, Santiago decidió a hablar con su mamá, le hizo entender que no era su culpa, que ese hombre amoroso y valiente al que ella aún guardaba luto, se encontraba en un lugar mejor disfrutando de la paz y tranquilidad que solo podía proporcionar la presencia de DIOS, pero que aún seguía entre ellos, como un bonito recuerdo, que a todas partes los acompañaría y que nunca iban a olvidar. 

Luego de escuchar a su hijo, la mamá de Santiago empezó a derramar demasiadas lágrimas, pero ya no de tristeza, eran de felicidad, porque gracias a Santiago recuperó sus fuerzas y dejó de lamentarse por la muerte de su esposo.

Ante esto la mamá solo pudo decir: -Eres lo mejor que me ha pasado en la vida hijo, no sabes lo triste que me sentía por la ausencia de tu padre, pero gracias a ti he recuperado mi felicidad, vamos a superarlo todo, juntos. TE AMO MUCHO, se dijeron los dos al mismo tiempo y entre un fuerte abrazo quedaron entrelazados para siempre.

 

El Ejército de Tamales y la guerra contra las lechonas - Daniel Santiago Alba

Había una vez un niño llamado Tamal que vivía con sus padres en una pequeña olla en la calle 220, tamal era muy travieso y cansón; un día lo llevaron a rectoría, con tan solo 16 años aun no terminaba sus estudios porque había perdido varios años de colegio por el comportamiento que tenía. En la rectoría le hicieron firmar un acta de compromiso que si perdía un año más lo enviarían a la Fuerza Tamalera (FT); él no le importó y continuó portándose mal, cuando el año terminó, el niño como era de esperarse perdió el año.

A finales de diciembre como era de costumbre en el colegio del Ocobo, por el pasillo caminaba la Fuerza Tamalera, él se asustó, corrió, pero lo atraparon los de la FT; lo reclutaron lo llevaron para la base, diciéndole: De hoy en adelante serás un cadete de la Fuerza Tamalera,̈él dijo: si yo hubiera ganado el año no estaría en esta difícil situación.

Al cabo de 4 años cuando tenía 20 años, le informaron que él subiría de rango y podía empezar a tener misiones más difíciles, le asignaron una base enemiga de las Lechonas, él se emocionó, pero a la vez sentía miedo, por eso fue y consiguió dentro la base una moto modelo tamali 500 con la que manejó hasta a la base enemiga y se escondió en un arbusto lleno de lombrices, no le importó, siguió mirando con sus binoculares con vista de 50 metros y vio como los lechones maquinaban hacer la invocación de la leyenda del lechonero aniquilador; se fue lo más rápido que pudo a la base, le contó al general Maza lo sucedido y les informo a los demás tamales espías lo que vio, para que entre todos intentaran detener la invocación de lechonero aniquilador, lo que les permitió coger las armas más potentes del Ejército Tamalero  ̈las arepas, una vez enterados de lo que pretendía hacer el enemigo y armados hasta los dientes, se fueron para la base de las Lechonas y vieron que habían muchos lecho guardias, intentaron desactivar la invocación del lechonero aniquilador pero los lecho guardias también estaban muy bien armados con arepa balazos les dispararon matando a los espías tamales una batalla muy difícil; se retiraron y le informaron al general Maza que habían fallado, además los habían aniquilado.

Ante esta derrota. después de dos semanas se completó la invocación del lechonero, la Fuerza Tamalera se estaban preparando para una guerra entre tamales y lechona; inició el conflicto se lanzaban arepasos entre los dos bandos; hasta que pasó un tamalero lanzando un pan nuclear cuando este cayó explotó pero las Lechonas lo detuvieron colocando un basado de chocolate bien caliente; cuando los tamales estaban celebrando se dieron cuenta que las lechonas habían detenido el pan nuclear, los tamales temblaron de miedo porque faltaba una hora para que se cumpliera la invocación del lechonero aniquilador también porque su ataque a la base de las lechonas no había sido efectivo y solo les faltaban 30 minutos para que se completará la transformación, en esa media hora el capitán Maza diseñó un plan; dejó que las lechonas completaran la invocación para tenderles una trampa, ordenó que se prepararan para un ataque sorpresa, esperaron un momento luego atacaron al lechonero con todas sus fuerzas por los costados derribándolo sin compasión y esparciéndolo todo por el piso hasta dejarlo sin fuerzas, así el ataque resultó, ganaron esta batalla tal como lo planearon destruyeron al lechonero con todas sus fuerzas.

Al terminar la batalla la FT se retiró y volvió a la base a continuar con los entrenamientos y el tamal comprendió que defender su territorio de los lechones sería complicado, tenía que prepararse no solo para la guerra si no también con los libros debía leer para crear tácticas y estrategias que le permitieran defender la base de la Fuerza Tamalera.

 

CATEGORÍA C 13 A 15 AÑOS 

Emma y la ciudad musical - Luis Alejandro Zambrano Usme  

En una mañana de febrero, una linda chica con cabello resplandeciente y largo, se despierta para iniciar su día con alegría y energía, al rato de haber desayunado y asearse está lista para ir al colegio, ella va con ánimos, ya que sabe que hoy en su horario está su materia favorita y es folklore, ella ama esta clase con todo su corazón; puesto que es amante de la cultura colombiana, a ella le sugieren ir a una ciudad en específico que se llama Ibagué, es una ciudad medianamente pequeña con muchos habitantes, pero a ella no le importa eso, a ella lo que le importa es conocer la cultura tolimense.

Esta ciudad es una de las ciudades con más importancia en la cultura colombiana, desde comer un tamal hasta bailar un buen paso de bambuco con buena música y claro un buen trago no falta, ella le platico a su profesora de folklore sobre su gusto a la música tolimense y demás ciudades, la profesora le comentó sobre ir a tales partes de Ibagué... el fin de semana que viene, en fin ella se fue a su casa después de un largo día de estudio y de tareas, se tendió en la cama y prendió el televisor y al rato se quedó dormida por el sueño y cansancio de tenia, después de 2 largas horas de sueño se despertó y al instante recordó lo que le dijo su maestra, agarró su computadora y se puso a averiguar sobre la ciudad de Ibagué y sus sitios turísticos y los precios de los pasajes, ella le contó a sus padres y estos estuvieron de acuerdo, ella nomás se iba de un día para otro pero igual aprovecharía esos 2 cortos días al máximo, ya eran las 10:00 PM se acostó a dormir después de haber alistado sus maletas para el viaje.

A la mañana siguiente sonó el despertador a las 7:00 PM y se desayunó, baño, vistió y se despidió de sus padres y partió hacia el terminal, sabía que era una viaje largo de alrededor unas 4 a 5 horas así que compró unas empanadas con un jugo y las guardó en el bolsillo trasero de su maleta, compro los tickets y se subió al bus, al final antes de dormir se puso a pensar que cumplió algo que ella anhelaba y quería con toda su alma, conocer en persona la cultura tolimense e ibaguereña, el conductor prendió el bus y arranco el viaje hacia Ibagué, y entre ojos medio cerrados dice suavemente, “valdrá cada segundo que este en esta ciudad tan hermosa y bella...” y se durmió.

Ya se estaba despertando, al instante corrió la cortina para un lado y mirar donde iba ya que el sueño se le hizo corto, sorprendida vio un cartel diciendo, Bienvenido a Ibagué, ella casi grita de la felicidad, espero unos 20 minutos para llegar al terminal y cuando llego agarro sus maletas y pidió un taxi, le dijo la dirección de la casa donde se hospedaría que era la casa de su tía segunda, al llegar le contó sobre su historia y charlaron unas buenas horas, ya eran las 3 dijo Emma, entonces se despidió de su tía para visitar algunos lugares asombrosos y míticos de la ciudad, llamó un taxi y le dijo donde se bajaría. 
Se iba bajar en el parque de la música, después de media hora de viaje ella le paga al señor y le agradece, Emma con una cara de asombro y sin palabras se emociona al ver las estatuas y ver toda la decoración, saca su cámara y toma fotografías en diferentes poses y ángulos para mejor expectativa, al rato de media hora ella saca una libreta de su mochila y escribe todo lo que está haciendo en Ibagué, comienza a redactar y plasma toda su felicidad y el orgullo que tiene al ver un sueño cumplido, además de tener escrito características sobre la ciudad, ya son las 4:00 dijo ella.

Entonces fue a una cafetería a merendar, se pidió dos pandebonos y un café, al rato ella le preguntó a la cajera donde queda la plaza de bolívar y la señora le responde, a 2 cuadras doblando a la izquierda señora, ella le paga y le da las gracias, se va por el camino que le dijo la cajera y voltea la cabeza hacia al lado y se da cuenta que ya la había encontrado, ve la plaza con mucha gente y puestos de comida, ella va hacia la estatua de simón bolívar y se toma alrededor de 6 a 7 fotos, dijo ella con su cámara en la mano y una alegría, ya culmine mi día es mejor ir a casa a cenar y dormir porque mañana será otro día asombroso.
Después de bajar del taxi, abre la puerta y saluda a su tía, la tía le recibió con una cena increíble, mientras comen Emma le platica sobre lo que ella hizo esta tarde, paso 1 hora ya eran las 9:00PM, Emma le agradece a su tía por esa cena tan deliciosa y se va a el cuarto donde le asignaron, cada una se dice buenas noches, Emma agarra la cobija y se arropa, cierra los ojos y con un clima cálido se duerme al instante.

“Buenos día bella durmiente” le dice su tía con una voz alegre y el desayuno en sus manos, Emma dice con asombro, “wow no me lo esperaba, muchas gracias tía aun así no era necesario tanta carisma, ya con que me des una cama donde dormir está bien”, “que dulces eres mi niña” le responde la tía, “comételo todito, te lo hice con mucho amor”, “gracias tía” dice Emma y se desayuna sin dejar ni una pizca, ni una gota de jugo, se levanta y abre la ventana y ve el sol brillante y sabe que hoy será un día asombroso, después de organizarse Emma se despide de su tía de nuevo para ir a ver otros sitios turísticos de Ibagué, esta vez Emma decide ir caminando para conocer como es de bello Ibagué, ella nota que las casas y apartamentos son muy bonitos además que hay mucha naturaleza y zonas de juegos, después de caminar llega a la plaza Manuel Murillo Toro, Emma lo primero que ve es que hay una inmensa cantidad de palomas de diferentes colores, Emma se toma unas cuantas fotos entre ellas con el letrero yo amo Ibagué y después ella decide comprar una bolsa de maíz de 2000 pesos para alimentar a las palomas, bueno y ahora a dónde voy? 

Ya realice mi objetivo aquí, dice Emma mirando al cielo, ella ve en su libreta de apuntes de lugares donde ir y claro se le olvidaban 2 sitios los cuales eran la Concha Acústica y el Panóptico, entonces se fue a la Concha Acústica que le quedaba más cerca, al llegar vio que era un sitio muy grande, “es como una especie de escenario pero muy grande y profundo” dijo Emma, tomó fotos alrededor y también noto que es no había nadie adentro pues no se puede entrar, tengo mucha hambre dijo Emma.

Ya eran las 12.30 M. hora de almorzar fue a un restaurante cercano y se pidió un tamal con un jugo de mango, termino de comer unos 10 minutos después, pago y rápidamente se fue al Panóptico pues vio que el viaje de ida era a las 4 pm, entonces no tenía tanto tiempo, era lejos dijo Emma, después de una caminata llegó y vio que el Panóptico que en algún tiempo fue una cárcel; es una construcción en forma de x muy grande y es uno de los 4 panópticos que hay actualmente, le pregunto a una persona sobre más datos sobre el sitio y la señora con mucho gusto le dice, pues le platica que el Panóptico era una cárcel antigua que su objetivo es ver todo el interior de la cárcel desde solo un punto así el guardián puede ver a los presos desde un solo punto que era la mitad de la x, en esta cárcel se dice que mucha gente sufría.

Desde su cierre sus almas perdidas andan por ahí divulgando terror a aquellas personas que entren, Emma escuchó todo lo que le dijo la señora y le dio gracias por los datos, se toma unas cuantas fotos y observa con detalle cómo está arruinada la cárcel y guarda las fotos en una memoria, mira en su celular y ve que son las 2:30PM pide un taxi y se va a la casa de su tía, llega y comienza hablarle sobre su día, “bueno tía fue un gusto haberla visto y muchas gracias por su hospitalidad se le agradece de corazón” dice Emma y le da un abrazo, “no mija gracias a usted por venir a visitarme a mí me gusta mis hijos y sobrinos vengan a verme y no estar sola”, Emma termina de empacar y se despide y pide un taxi para irse al terminal, Emma mientras espera el bus para irse de nuevo a su ciudad se pone a pensar sobre lo que hizo estos 2 días, sobre todo lo que la feliz que se siente, que gracias a la esperanza todo se puede cumplir, se sube al bus y guarda el celular y acomoda su cabeza y duerme, “todo se cumple con paciencia y fe” se dice en la mente Emma.

Ummm ¿dónde vamos? dice Emma, vio que ya estaba cerca de llegar, Emma se bajó del bus agarro sus maletas y pidió un taxi ya que venía cansada y quería ir a descansar, al llegar a casa ella misma le cuenta a sus padres todo lo que hizo este fin de semana en Ibagué, el lunes se encuentra con la profesora de folklore y le cuenta a ella también lo que hizo ella le dice, “muy bien Emma si ves que tu sueño se logró, nada es imposible”, “si maestra eso es verdad tal vez en un futuro vaya con mis padres para mostrarles LA CIUDAD MUSICAL”. Emma al fin cumplió su sueño de visitar una ciudad muy hermosa y encantadora y ella vivió una vida con muchas aventuras.

 

Fermín y el mago de la destrucción - Héctor Julián Valencia López 

Erase una vez, en época de verano un pequeño niño, llamado Fermín, el cual tenía un súper poder oculto... el cual estaba a punto de despertar. Una mañana Fermín despertó muy temprano pero no apareció en su habitación, apareció en uno de sus sueños él estaba bastante sorprendido porque podía controlar sus acción de forma correcta como si estuviera despierto, Fermín tenía una misión la cual era salvar ese sueño de la destrucción, utilizando su inteligencia.

Aquella madrugada Fermín conoció sus dos compañeros, con los que emprendería la misión; uno era un dragón bebé llamado Murbet, pero le decían Mut, su otro compañero o mejor dicho compañera, era una tortuga llamada mina; después de despertar de su sueño Fermín se puso a pensar y se dijo a sí mismo: -¡ Tengo un súper poder y seré un superhéroe!.

Durante la hora de desayuno nuestro “héroe” contó a sus padres lo sucedido, ellos quedaron sorprendidos, pero no le creyeron sino que lo felicitaron por su gran imaginación. Fermín lleno de enojo salió de casa hacia su escuela, en donde volvió a contar lo sucedido pensando que ellos si me creerían más, por el contrario se burlaron y empezaron a hablar mal de él. El resto del día Fermín estuvo solo y lleno de tristeza porque nadie le creía; en ese momento su profesora pasaba por el lugar y le preguntó: -¿Qué te pasa mi niño?- Fermín con voz entrecortada le respondió – todos se burlan de mi, no creen en lo que les digo- y luego le contó lo sucedido.

Ella al verle tan triste le dijo: - no estés triste, puede que en el camino se te crucen personas que te generen decepciones, esas personas se burlaran de ti y te generarán tristezas, pero tú sigue adelante porque también hay personas que te apoyaran en el camino, porque tú eres una gran persona.
Fermín se alegró por las palabras de su profe, y se prometió a sí mismo evitar las malas amistades. De vuelta a casa el pequeño estuvo pensando en lo ocurrido y se sintió feliz de ser tal y como es.

Al volver a su sueño investigó y supo que para evitar la destrucción y acabar con el malvado mago tenía que pasar por dos niveles el primero era sti-nief la cual era la serpiente de la confusión y el segundo las montañas teze-pe.

Después de recibir todas las indicaciones Fermín y su equipo emprendieron su camino rumbo a la guarida de sti-nief, en el camino se encontraron con un halcón, que al verle le dijo: - Tened cuidado la serpiente duerme, sed sigilosos como lo es ella. Al ser despedidos por el halcón, ellos quedaron muy confundidos, pero aún así continuaron su camino. Al llegar a la guarida de sti-nief, Fermín dijo a Mut:

- ve entra en la guarida y busca un lugar seguro. Justo cuando mut se dirigía a la entrada se escuchó una voz que decía: - Para, para. Y de la nada salió una gran serpiente que al verles río y dijo:

- ¿Quieren el cetro verdad? – a lo que ellos respondieron casi a tiempo – si - Entonces deberán resolver mi acertijo: “¿Cuál es la habilidad que te hace pasar desapercibido, y cual es la bestia que la controla con gran majestuosidad?”. Ellos al oírla quedaron pensativos, hasta que mina la tortuga dijo: - Recuerden el halcón… Sin pensarlo dos veces Fermín dijo: - Ya tengo la respuesta, la habilidad es la sigilosidad y la bestia que lo domina es la serpiente.

En aquel momento pasó algo extraordinario sti-nief se transformó en el cetro, Fermín quedó tan asombrado que se despertó instantáneamente, y se dirigió a su profe para contarle lo ocurrido y recibir sus consejos; al anochecer Fermín volvió a su sueño y se encontró con sus compañeros cerca a teze-pe la cual era una montaña gigante y empinada, al imposibilitárseles la subida le dijeron a Mut:

- ¿Tú puedes volar no? Llevamos sobre tu lomo para llegar más rápido. Así hicieron, pero cuando llegaron lo primero que vieron fue a un malvado mago en la cima de la montaña, cuando Fermín lo vio extendió su cetro sobre él destruyéndolo instantáneamente. Fermín continuó viviendo grandes aventuras y con gran alegría por sus triunfos.

 

CATEGORÍA D NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES CON DISCAPACIDAD 

Niño que nació para el folclor - Carlos Enrique Barbosa 

Era una vez un niño llamado Carlitos que nació en un barrio pobre de Ibagué. Vivía con su mamá y papá quien los golpeaba y nunca les ayudó en nada, Carlitos y su mamá pasaban hambre y les tocaba pedir ayuda a los vecinos. Los días pasaron y la mamá de Carlitos empezó a vender comida y así sacarlo adelante.

Un día Carlitos enfermó y los médicos dijeron que sufría de epilepsia y quistes en la cabeza, por eso su madre estaba muy triste. Carlitos se dio cuenta que donde vivían le decían ciudad musical y quiso saber porque una amiga les dijo que había un lugar donde podían ir a aprender, bailar, tocar instrumentos musicales y compartir con amiguitos; Carlitos quiso conocer ese lugar llamado Panóptico de Ibagué, donde lo recibieron con mucho amor.

Carlitos y su mama aprendieron poco a poco a bailar sanjuanero, bambucos, rajaleñas, música folclórica, tocar el chucho, la esterilla, la tambora y se enamoraron del folclor del Tolima y se presentarán en la concha acústica de Ibagué, en festivales importantes donde ganaron premios. Hoy en día siguen bailando, cantando, compartiendo y tocando instrumentos con muchos amigos más felices porque han aprendido juntos a pesar de tener discapacidad tienen talento.

Carlitos y su mamá son muy felices y los mejores artistas de la Academia de Arte Inclusiva del Tolima así fue como Carlitos descubrió que nació para el folclor.

 

La luz del día - Ana Karina Maníos Solórzano 

Amo las mariposas, porque me recuerdan que, en la vida, todo siempre se transforma. (Anónimo)

ada día un anciano llamado Hernesto, quien era jorobado y con cabellera blanca, se levantaba con un pésimo humor y reprochando el amanecer decía: ¡el sol es lo peor! ¡no, no me gusta su brillo! El anciano no contaba conque un buen día el sol cansado de que él lo odiara, tomó la decisión de esconderse, sólo por un ratito que se convertiría en una eternidad para el inconforme anciano.

Fue así como una mañana Hernesto se despertó y pese a que ya eran las altas horas de la madrugada (las 8:00 am) vio que no había luz, así que se envolvió en su cobija de lana y volvió a dormir, pensando que aún era de noche. Se despertó de nuevo y nada que el sol se asomaba. 

Hernesto, un poco desconcertado, sintió que había dormido mucho. Quiso saber la hora y al mirar su reloj, pegó un brinco, saltando de su cama, muy exaltado por la hora que era ¡demasiado tarde! pensó. Después de esto, se puso alegre, pues ¿qué podía afanarle?

Era un viejo y la vida ya no tenía tantos afanes. Así pues, hizo todas las labores que normalmente hacía en la mañana, su alegría era infinita, bailaba y cantaba, la... la...la...la...

Al ir transcurriendo el tiempo con sus labores diarias, notó que unas tareas se hacían un tanto complejas, si se escondía el sol, pero no prestó mayor importancia y siguió ignorando cada dificultad que se le presentaba. Esto no lo hacía por indiferencia, sino porque disfrutaba esa alegría momentánea.
Así, pasaron varios días, si es que se le puede llamar día a un tiempo donde sólo la luna está presente. ¿Qué era lo que pasaba? ¿dónde se habría escondido el sol? y no es que nuestro anciano reconociera que le hacía falta, no, no, no. Es que Hernesto empezó a desesperarse incontrolablemente, porque los hombres son así, tan inconformes. Si calienta ¡tanto calor! Si llueve ¡tanta llovedera! si esto, si lo otro ¡qué vaina con ellos!

A estas horas de incertidumbre, Hernesto investigaba ritos y los hacía, pero ridículamente perdía el tiempo. 

Reflexionó por horas y trajo a su memoria de canas, todas las maravillosas cosas que hacía el sol. Recordó su adorada planta, que cuando salía el sol, sus flores se estremecían, los pétalos se abrían en brillantes colores, la luz entraba por la ventana, dándole ese calorcito que ya no se le hacía tan malo. Miró de nuevo su plantita, con sus bellas flores ¡cuál bellas flores! Estaban marchitas, las hojas caídas y alcanzaba a sentir el sollozo de su plantita, que se confundía con el suyo.

Quiso distraerse, tomando un libro que estaba escribiendo y que ahora por falta de la luz del sol, no podía continuar. Sus ojos cansados y llorosos, clamaban por el sol. De pronto, salió del fondo de su corazón una voz pidiendo que regresarse, era su voz ignorada por el orgulloso sol, que se resistía a complacerlo. Pero no crean que el sol era tan indiferente. 

Él también extrañaba al anciano. Escondido entre las nubes, observó que Hernesto no comía, ni dormía, se estaba poniendo flaco. Ya no lo veía asomarse al balcón, donde renegaba de su presencia.

Postrado en una cama, sin nadie a su lado, esperando una muerte inevitable, Hernesto sintió que amaba a la luna, que ésta le hacía daño, como si la luna se estuviera vengando del sol...

 

Una ciudad maravillosa  - Sara Valentina Pérez Hincapié

Había una ciudad maravillosa llamada Ibagué, conocida por su rica comida los tamales, la lechona, chicha y achiras allí se danzaba y bailaba el sanjuanero Tolimense y se ponían trajes tradicionales tenían un lugar bello para ir a compartir cultura llamado el Panóptico.

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Credito
Redacción Cultural / EL NUEVO DÍA

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