Se confirmó la sentencia de 33 años y nueve meses de cárcel contra el excoronel Aldana

El excomandante de la Policía José Joaquín Enrique Aldana deberá cumplir una pena de 33 años y nueve meses de prisión al confirmarse culpabilidad en el asesinato de su esposa Érika Cecilia Yeneris, en septiembre de 2009.

Sin estar presente ayer en la sala de audiencia, el Tribunal Superior de Ibagué le confirmó al excomandante de la Policía del Tolima, José Joaquín Enrique Aldana, la condena de 33 años y nueve meses de prisión que deberá cumplir por el homicidio de su esposa Érika Cecilia Yeneris.

Durante tres horas, el magistrado Juan Carlos Arias dio lectura al fallo que finalmente se resolvió en confirmar la sentencia proferida en primera instancia.


Dicha condena fue dictada por el Juzgado Primero Penal del Circuito de Ibagué en 2011 y cuya decisión apeló la defensa del exoficial.


Pese al recurso, la Sala ratificó ayer la responsabilidad del excoronel en el crimen de su esposa Érika Cecilia, quien fue descuartizada en septiembre del 2009, en Ibagué.


El cuerpo de Érika

Según los hechos presentados por el Magistrado, el 9 de septiembre del 2009 a las 8:30 de la mañana, Jorge Édgar Perea, quien se encontraba trabajando en la hacienda San Isidro, ubicada en el kilómetro 5 de la vía que de este sector conduce a Alvarado, “halló dentro de una bolsa negra la cabeza de un ser humano con la cara totalmente desfigurada y heridas causadas con elemento cortante”.

De acuerdo con las investigaciones y los exámenes se comprobó que el agresor le causó 58 cortadas en el rostro a Érika Cecilia.


De inmediato se dio aviso a las autoridades y agentes del Cuerpo Técnico de Investigación CTI hicieron presencia en el lugar, iniciando un barrido por los alrededores de la finca y encontrando otras dos bolsas negras.

Cada una de ellas tenía, en su interior, las extremidades superiores “con la característica de que a cada dedo de las manos se les había retirado las huellas dactilares”, para hacer más difícil su identificación.

Para el 10 de septiembre, los investigadores de la Policía judicial recibieron información por parte de uniformados ubicados en el barrio El Salado, sobre otra bolsa plástica al margen derecho de la entrada principal de la hacienda San Isidro. En esta bolsa se hallaron prendas de vestir femeninas.

Al día siguiente, una nueva información dio cuenta de restos humanos sobre la vía que de Ibagué conduce al corregimiento Chipalo, en el sector conocido como La Balastrera, contiguo a un cultivo de arroz de la hacienda San José. Esta vez, lo que encontraron los policías fue el tronco de un ser humano.


El magistrado añadió que para los días 12 y 25 de septiembre, en la hacienda Leticia, en la vía hacia Alvarado “se hallaron el muslo izquierdo y derecho de un cuerpo humano, también en bolsas negras”.


La culpabilidad de Aldana
Mientras esto sucedía, la familia de Érika Cecilia se preocupó porque perdieron comunicación completa con la mujer. Fue así como decidieron acudir a los organismos de búsqueda para que iniciaran los operativos.

Sin embargo, luego de los hallazgos de las partes de un cuerpo, los forenses lograron determinar que estos coincidían con los de Érika Cecilia.


Para el mes de octubre, investigadores del caso se trasladaron hasta la residencia del entonces comandante de la Policía, José Joaquín Enrique Aldana y realizaron una inspección que les permitió dar con el paradero de unas bolsas con elementos de aseo y otros implementos que causaron curiosidad, siendo materia de investigación.


A ello se sumó que días después de la desaparición de Érika, Aldana decidió pintar la residencia y otros sucesos como, por ejemplo, las mentiras que le entregó a la familia de la occisa sobre su paradero; además, no denunció su desaparición entre otros.


Para el 10 de noviembre, en un allanamiento realizado en la casa de la madre del exoficial, se incautó un disco duro que tenía información de Internet.


“El aparato era utilizado a diario por Érika Cecilia y en este se detectó también un programa espía, el cual permitía conocer los diálogos y correos que esta impartía a través de las redes”.


Aldana se enteró a través de este programa, instalado el 2 de septiembre, pero desinstalado el día de la muerte de la mujer, de conversaciones que Érika sostenía con una persona de nombre Carlos Aristizábal. Es así como este sería el principal motivo por el que decidió quitarle la vida a su esposa.


Proceso jurídico del excoronel
A partir de la información recolectada, el juez Quinto Penal Municipal con función de control de garantías por solicitud del Fiscal Tercero especializado delegado ante el Gaula, emitió la orden de captura en contra del exoficial Aldana.
Llevada a cabo la captura, José Joaquín Aldana es presentado ante el juez de garantías y es enviado a la cárcel como medida preventiva.

En esta audiencia concentrada, la Fiscalía le formuló cargos por el delito de homicidio agravado.
El 19 de febrero de 2010 se desarrolló audiencia de formulación de acusación y, en esta instancia, la defensa solicitó la nulidad por violación al debido proceso pero la sala rechazó la petición.

En un comienzo este proceso debió ser adelantado por la Juez Segunda Penal del Circuito de Ibagué, pero al declararse impedida pasó a manos del juez primero penal del Circuito.

Después del juicio, en marzo de 2011, profirió sentencia condenatoria en contra del exoficial por el delito de homicidio agravado. Ante ello interpone recurso de apelación la defensa que ayer fue resuelto.

Credito
EL NUEVO DÍA

Comentarios