¿Qué están pensando las víctimas tolimenses del proceso de paz?

SUMINISTRADA - EL NUEVO DÍA
Mientras el Gobierno nacional ya tiene una fecha para que la segunda comisión de víctimas viaje a La Habana, en el Tolima la posición de algunas víctimas dista mucho de lo que se está planteando en los diálogos de paz.

Es inexplicable. Luis Fernando Mahecha no entiende cómo después de 15 años, el hombre que presentó a su hermano como prisionero de guerra está sentado hoy en la mesa de diálogos en La Habana, sin dar aún alguna noticia del destino de su familiar.

Se trata de ‘Fabián Ramírez’. Es el mismo guerrillero que el 9 de septiembre de 1999, habló ante los medios de comunicación y presentó a Jhon Gebel Mahecha como uno más de los secuestrados de las Farc.

A Mahecha, paciente de esquizofrenia, lo señalaron en ese entonces de pertenecer a la inteligencia del Ejército.

“Es una incertidumbre constante. Querer saber dónde está, cómo está, si lo mataron o si está vivo. Es un dolor muy grande”, comentó Luis Fernando, en medio de la tristeza y la sorpresa de reconocer a ‘Fabián Ramírez’ en las fotografías oficiales de los diálogos en Cuba.

Precisamente, en relación con el proceso de paz, esta víctima del conflicto, que encierra muchos de los casos que hoy constituyen la historia del conflicto armado en el Tolima, habló de la importancia de la verdad y la realidad en la que hoy están sumergidas.

El olvido y la esperanza de paz

Luis Fernando, tras recordar a su hermano, enfatizó el olvido por el que han pasado las víctimas del conflicto. Responsabilizó no solo a las Farc sino, además, al Gobierno de la situación que hoy día atraviesan muchos de ellos: desconocer el paradero de sus seres queridos, sufrir el despojo de sus tierras, pero, sobre todo, sentir el dolor que sigue latente en sus vidas.

Sin embargo, Mahecha señaló que de prosperar el proceso de paz, lo único que pide a las Farc es decir la verdad sobre lo que ha significado el conflicto armado en el Tolima.

A él, se suman las voces de Trinidad Orjuela, madre del militar Robinson Salcedo liberado por las Farc en el 2012; de Luis Mesías Díaz Mora, padre de Juan Diego, un joven de 18 años desaparecido desde 2000, y de Eduardo Bejarano, a quien las Farc le asesinaron a su padre en 1999.

EL NUEVO DÍA habló con estas víctimas del conflicto. En sus testimonios reconocieron la esperanza pero también la incertidumbre frente a un proceso de paz que ya ha avanzado en tres de cinco puntos de la agenda.

Luis Fernando Mahecha

“La última vez que nosotros supimos algo de mi hermano fue el 9 de julio de 1999. Ese día un miembro de las Farc lo presentó ante la televisión como soldado de inteligencia al servicio del Ejército”, contó Luis Fernando Mahecha.

De acuerdo con los archivos de prensa, el soldado Jhon Gevel había sido retirado del Ejército y enviado a su casa por presentar un cuadro de esquizofrenia.“Una mañana, cuando me levanté lo fui a buscar y no estaba. Él desde hacía varios días se la pasaba hablando de que era militar, vivía con esa ilusión y yo pensé que se había devuelto para el Ejército”, relató en 1999, Blanca Nieve Rivera, madre de Jhon Gevel.

La familia del exsoldado volvió a saber de él, cuando alias ‘Fabián Ramírez’ habló ante los medios de comunicación y presentó a Mahecha como prisionero de guerra.

A propósito de ‘Fabián Ramírez’, Luis Fernando recordó que este mismo hombre está sentado hoy en la mesa de diálogos entre las Farc y el Gobierno nacional.

Y precisamente frente al proceso, el hermano de Jhon Gevel sostuvo que como víctima se sentía olvidado. “Hasta el momento, en lo personal, no sé qué es una ayuda de las que el Gobierno habla.

(...) Ahora están viajando delegaciones de las víctimas a La Habana, pero si ninguna de ellas conoce, por ejemplo, nuestro caso, cómo nos van a representar”, cuestionó Luis Fernando.

Y añadió que de llegar a un feliz término el proceso de paz “pedimos la verdad y que las Farc cumplan con lo que están prometiendo. Una forma de tener tranquilidad es que ellos nos digan dónde tienen a mi hermano, qué hicieron con él, al menos saber si está muerto, para saber dónde lo dejaron y poder ir y darle cristiana sepultura. Eso es lo importante para mí y salir de esta incertidumbre de tantos años”.

Eduardo Bejarano

El 15 de septiembre de 1999, Jesús Antonio Bejarano fue asesinado en las instalaciones de la Universidad Nacional. Se desempeñó como consejero de paz del presidente César Gaviria y trabajó en varios en países temas relacionados con el conflicto.

Eduardo Bejarano, hijo del que fue también docente de la Nacional, recordó que su padre “era una persona que se había caracterizado por sentar una posición crítica en muchas materias y pues, obviamente, grupos extremistas no consideraron eso y cometieron esa semejante barbaridad”.

Quince años después de la muerte de su padre, Bejarano se atreve a decir que es optimista ante los esfuerzos de paz que intenta el gobierno de Juan Manuel Santos.

“No solamente como víctima, sino también como colombiano he sido testigo de los horrores del conflicto armado en Colombia y creo que lo que se ha logrado hasta ahora en el proceso de paz no ha tenido antecedentes”, sostuvo.

Sin embargo, para Bejarano también resulta preocupante los ataques de los que es objeto el proceso, por parte de los sectores opositores. 

“También debo decir que como víctima y como colombiano no veo con buenos ojos que, a pesar de que se está dialogando, la guerrilla insista en cometer actos que puedan debilitar el proceso de paz. Ellos deberían ser mas conscientes de esta situación y reflejar la verdadera voluntad de paz”, concluyó Bejarano.

Trinidad Orjuela

Para la señora Trinidad Orjuela, recordar el secuestro de 14 años de su hijo, el militar Robinson Salcedo, todavía le causa una tristeza innombrable. Aunque el soldado fue liberado en 2012, sus ojos aún se llenan de lagrimas y su voz se entrecorta al contar la historia.

Salcedo fue secuestrado en Miraflores, Guaviare, y a finales de 2012 fue incluido en la lista de liberados por las Farc. 

En diálogo con EL NUEVO DÍA, Trinidad aseguró que si la paz se produce en Colombia, ella podría considerar la idea de perdonar a las personas que retuvieron a su hijo por tanto tiempo.

La madre y abuela de crianza del entonces cabo, también dejó en evidencia la poca socialización que ha hecho el Gobierno nacional con las víctimas frente a los adelantos del proceso de paz, en Cuba.Por otro lado, la sobrina de Salcedo, Adriana Torres Salcedo, dijo no estar de acuerdo con la manera en que se están llevando a cabo los diálogos.

“Pienso que debería haber otras personas en representación de las víctimas. Las que están allá son el mismo grupo de personas. Los que hemos vivido ese proceso, los que hemos vivido este problema del conflicto armado, somos los que deberíamos estar allá”, reiteró Adriana.

La sobrina de Salcedo también señaló que “todos somos seres humanos y cometemos errores y ellos también son seres humanos. Yo, por mi parte, perdono a esa gente. Mi tío estuvo secuestrado 14 años, fue una etapa muy difícil porque no sabíamos si estaba vivo o si estaba muerto, no teníamos pruebas de él ni nada, pero afortunadamente está vivo y está con nosotros”.

José Mesías Díaz

“El Gobierno habla de perdón y olvido, ¿cuál perdón y cuál olvido? Yo no perdono. Nunca. ¿Cómo voy a perdonar que me hayan quitado a mi hijo que era un genio? ¿Cómo voy a perdonar si las casas de mi pueblo San Antonio estaban a medias porque la guerrilla las derrumbó a punta de morteros?”.

Con estas palabras, José Mesías Díaz Mora se refirió al proceso de paz que sostienen guerrilleros de las Farc y delegados del gobierno de Juan Manuel Santos.

A don José, el grupo armado se le llevó su hijo de 18 años, cuando este terminaba de pasar un tiempo en Roncesvalles y se dirigía hacia Ibagué para iniciar sus estudios de Medicina en la Universidad del Tolima.

Hasta hoy, Juan Diego Díaz Álvarez completa 14 años desaparecido. “He hecho muchas cosas por conocer el paradero de mi hijo. He tocado muchas puertas y nada. Estoy cansado y por eso no creo en un proceso de paz”.

Y agregó que es difícil para las víctimas lograr la paz porque ante el Estado han pasado desapercibidas. “El Gobierno habla y habla, pero hace muy poco por nosotros”.

Por otro lado, frente a la primera comisión de víctimas, José criticó el hecho de que a La Habana viajen víctimas que no son de las Farc, y se pregunta lo que puede exigir una víctima de un paramilitar a un guerrillero.

Credito
KIMBERLY CASTAÑEDA V.

Comentarios