No corresponden a esta dinámica, los monopolios que se crearon artificialmente a partir de prácticas taimadas, ilegales o de cartelización, y tampoco incluiremos aquellos que nacen a partir de la sobrerregulación o la creación de barreras de entrada a un sector en particular, usualmente desde el estado, que satura de normas y leyes, muchas veces buscando proteger los intereses del público en general, por ejemplo para evitar la entrada de dineros ilícitos a nuestro sistema financiero este ampliamente regulado, y tampoco es el caso de los que se crean para beneficiar a unos cuantos privilegiados, amigos del político de turno, mercantilismo de estado puro y duro, prácticas que terminan siendo nefastas para una economía de mercado.

Peter Thiel, uno de los hombres fuertes de Silicon Valley, que ha hecho parte de exitosas iniciativas empresariales como Pay Pal o Facebook, plantea en su libro “De 0 a 1”, que los emprendedores pueden decantarse entre dos opciones: proyectos que se apalanquen en la globalización, que consiste en hacer que algo que funciona bien en un lugar en particular, funcione también en el Tolima, Colombia o el mundo.  o emprendimientos enfocados en tecnología, y esta no se limita a ordenadores, tecnología entendida cómo formas nuevas y mejores de hacer las cosas, siendo esta la opción más deseable, para evitar la competencia que en el largo plazo destruye los beneficios empresariales desarrollando mercados de competencia perfecta, en donde el día a día se convierte en una lucha desesperada por la supervivencia; por el contrario, los monopolios de empresas como Google, que lleva liderando el mercado de buscadores desde el año 1997 con un 92% de cuota de mercado al día de hoy, o Apple que es líder a nivel mundial en computadores personales y teléfonos inteligentes con una cuota de mercado del 13% y 21% respectivamente. Estos monopolios son deseables, ya que son empresas que crean mucho valor y, a su vez, son capaces de capturarlo, al evitar la competencia, esto les permite preocuparse más por sus empleados, la sociedad y el planeta.

Claro que seguir creciendo bajos los estándares actuales es insostenible, esto se va al carajo si queremos que una familia colombiana o china viva como lo hace una estadounidense al día de hoy, pero en el futuro la respuesta está en la tecnología e innovación, en apostar por generar valor a partir de nuevas y mejores formas de hacer las cosas, no en teorías de decrecimiento, en donde un estado grande, mata la creatividad, coacta las libertades y las iniciativas particulares, empobreciéndonos, y condenándonos a una vida llena de limitaciones. Si esto dependiera de un caudillo o de un estado, seguiríamos en la época feudal, pero ese no fue el destino que labraron hombres y sociedades libres.

No les voy a mentir, el camino del emprendimiento está lejos de ser el camino fácil, la incertidumbre estará a la orden del día y nos tomará muchos fracasos o pasos, como lo quieran ver, lograr consolidar iniciativas empresariales; por eso, les recomiendo hacer del estoicismo su filosofía personal, nunca parar de aprender, y empezar con entender qué los apasiona, qué mueve sus fibras, como plantea Simon Sinek en su libro  “empieza con el por qué”, no seamos una empresa más que vende empanadas o computadoras y que como lo hace, crea excelentes productos y los tiene a disposición de sus clientes, por el contrario, seamos esa empresa que hace las cosas distinto, que busca romper el Statu Quo y es por eso que construye excelentes productos,  generando monopolios en el proceso.

Por último, quisiera aterrizar estos planteamientos con un ejemplo más cercano a nuestra geografía, en el sector financiero colombiano, un oligopolio altamente regulado y con inmensas barreras de entrada, creadas en su mayoría por el estado, seguramente con las mejores intenciones (pero mucho me temo que el mundo real te mide es por tus resultados como corresponde), esto hace al sector financiero poco competitivo, en este escenario adverso, David Vélez, aunque tenía una idea de un banco en la nube, uno más transparente, no encontró los espacios para  desarrollarla en Colombia, y tuvo que desde Brasil crear en el 2017 Nubank, un banco digital que a día de hoy lo convirtió en hombre más rico del país, iniciativa que tiene pasando aceite a más de un banco en Colombia y Latinoamérica, mucho más que cualquier reforma tributaria en la historia del país; es por esto, que si el Tolima quiere ser grande de nuevo, debe apostarle al emprendimiento con base en la tecnología, a los monopolios y a la empresa.