Según los motivos expuestos, para la adquisición de dicho predio, hasta ese momento se tenía un déficit de cinco mil 247 cupos en el centro de la ciudad, de acuerdo con un estudio que habría adelantado la Secretaría de Tránsito municipal.
El avalúo lo efectuó la lonja inmobiliaria Sociedad Colombiana de Arquitectos que estableció el precio en 698 millones 420 mil pesos.
En esa época, según el jefe de la oficina de Vivienda, Juan Carlos Granados, la Gestora Urbana debía efectuar algunas adecuaciones al inmueble y se preveía que en mes y medio estaría dispuesto al público.
Un basurero
Hoy, luego de toda la polémica que se desató por la compra de dicho predio, está convertido en un basurero y en el sanitario de transeúntes y de los habitantes de calle.
Tan solo unas vallas de la Policía lo cercan, y el olor de las heces fecales, de la comida pudriéndose y del excremento de los animales hacen que pasar por allí sea totalmente desagradable.
No se sabe qué pasará con este predio que se convirtió en una cloaca.
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