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Delcy, es la mayor de ocho hermanas, que por las dificultades económicas tuvo que recorrer su niñez entre la casa paterna, el calor y amor de sus abuelos y el cobijo de sus tías, situaciones que la marcaron como una mujer con carácter, espíritu de trabajo y deseo de superación, desde muy pequeña, entendió que si quería salir adelante y ser el apoyo de su familia debía estudiar y capacitarse.
Muy pequeña Delcy junto con sus hermanas, salía a las calles de su Herrera del alma con un canasto lleno de empanadas o tamales, pero también cargado con las ilusiones de una niña que se mentalizo y vio que el trabajo y la constancia eran la base para alcanzar sueños; lo que ganaba de esta labor era el soporte para comprar útiles escolares, unos zapatos para el cumpleaños o el vestido para esperar la navidad.
El salto a lo público lo dio muy joven, logrando ser contratada como profesora en una vereda, allí aparte de enseñar, Delcy comenzó a realizar trabajo social con las mujeres, incentivando jornadas de capacitación, implementación de proyectos productivos y de manera incipiente empoderamiento de las mujeres en una sociedad patriarcal arraigada a las costumbres del campo.
Su éxito la llevó a ser nombrada primera Secretaria de la Mujer en la Gobernación del Tolima, en una tarea que le permitió mostrar gestión, estructuración de proyectos y apropiación de recursos para sentar las bases de una verdadera política pública de inclusión y atención de las mujeres tolimenses.
En una sociedad patriarcal Delcy Esperanza Isaza logró unir a diferentes sectores políticos de su municipio y obtuvo la designación como candidata a la Alcaldía 2016-2019, logrando una abrumadora votación con la que derrotó a las tradicionales maquinarias de esta zona del sur tolimense.
Su labor en la Alcaldía se caracterizó por los resultados, el hacer y el contacto directo con los ciudadanos, su trabajo era 24/7 y le permitió aprovechar los recursos de los gobiernos departamental, nacional y de entidades del Estado, para poder llevar respuesta a las solicitudes de la comunidad.
Ya siendo madre, Delcy tuvo que irse a vivir a la cabecera municipal de Rioblanco, con una nueva responsabilidad, pero con los sueños intactos, la necesidad de ser el soporte de su hijo la motivó a buscar trabajo en el pueblo, pero nunca dejando atrás su deseo de formarse, la jornada nocturna fue la solución y allí en la Institución Educativa San Rafael se graduó de bachiller, una etapa que concluía.
Con el cartón en la mano y el apremio del sostenimiento de su hijo Jorge, Delcy era incansable y luchaba para que no le faltara nada a su pequeño, y esa joven que ahora era madre ya se hacía notar en Rioblanco como alguien que quería salir adelante y se ganaba el aprecio de la gente.
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