En lo corrido del 2022, los habitantes del barrio Hacienda Piedra Pintada debieron sortear las dificultades que trajo consigo el invierno, la ausencia de la Secretaría de Infraestructura y las múltiples obras que adelanta el Ibal por cuenta de las deficiencias que existen en asuntos hidrosanitarios. 

Y aunque los residentes del sector pensaban que con el cierre del año las obras estarían terminadas, lo cierto es que el ‘dolor de cabeza’ continúa para quienes deben sacar sus vehículos a la calle, ‘pan de cada día’.

En abril del año pasado, EL NUEVO DÍA constató la complicada situación de movilidad que acaece en el barrio, debido a que tras intervenciones de la empresa de acueducto y alcantarillado, no se hizo efectiva la pavimentación con celeridad, lo que provocó que la vía que comunica con el barrio Versalles se convirtiera en un ‘lodazal’ en donde se caían los motociclistas. 

Los ‘gruesos’ de una pavimentación

La necesidad de renovar la red hidrosanitaria en el barrio sí era prioridad, asunto que durante varios años los habitantes debieron sortear entre inundaciones y demás menesteres de la ola invernal.

Así pues, las obras que corresponden al Ibal para la modernización del alcantarillado, se hicieron efectivas, lo que ha controlado la inclemencia del agua lluvia. No obstante, el ‘paso cansino’ con el que avanza el proceso de pavimentación en las calles afectadas, aunado a las recientes precipitaciones, ha terminado por empeorar la circunstancia.

Liseneth León, presidenta de la JAC del sector, comentó que en lo que correspondía al Ibal, “se intervinieron varias calles del barrio; la calle 52 entre carreras Cuarta y Quinta, la carrera Tercera entre calles 50 y 59. Con respecto a la pavimentación, se alcanzó a hacer la carrera Cuarta con calle 52, la carrera Tercera llevamos un cincuenta por ciento y ahí nos tienen parados”. 

Sin embargo, aseguró que la dificultad le ha representado varias ‘diferencias’ entre algunos residentes de la zona. “Es un malestar grande para la comunidad, trabajan de ‘tramito en tramito’ y aún no concluyen en nada las vías. Estamos esperando, teníamos entendido que antes de terminar el 2022 se culminarían las obras sobre las calles, pero resulta que no”.

Y agregó: “La razón que nos dieron, según tengo entendido, es que el asfalto que estaba listo para nosotros se ‘priorizó’ para la avenida Guabinal y el barrio Ricaurte. Y ahí vamos, esperamos a que culminen las obras, al igual que las obras en La Floresta que están lista para terminar”.

Israel Robayo, residente del sector, indicó que para poder ingresar al barrio, debe realizar todo tipo de retornos alternativos para evitar ingresar el carro por donde no hay vías en óptimas condiciones.

“Es impresionante que en cinco meses de trabajo de pavimentación, no hayan logrado concretar aunque sea una sola cuadra completa. Las obras del Ibal eran una necesidad porque habían huecos que estaban apareciendo por daños en la red de alcantarillado, pero no sabíamos que se iban a demorar tanto en dejar terminada la vía”, contó Robayo.

Además, el residente aseguró que la comunidad, cansada de soportar los huecos dispersos sobre la ‘calle de herradura’, ha empezado a esparcir escombros sobre los cráteres más pronunciados con el fin de solventar transitoriamente la movilidad.

Promesas y disensos barriales

Frente a la ‘priorización’ de la Administración municipal, además del incumplimiento con entregar la obra antes de que terminara el 2022, la comunidad barrial ha empezado a tocar el límite de la paciencia, lo que ha derivado, según la líder barrial, en diferencias y problemas entre la Junta de Acción Comunal y los residentes. 

“Es un tema complejo porque la comunidad no puede sacar los carros, sumado a que las calles son angostas. No hay paso y es entendible el malestar de los residentes. A uno como líder barrial le llegan los reclamos, la gente se incomoda, pero se hace lo que puede. Yo no soy la que consigo el recurso, ni la que ordena el gasto, ni mucho menos la que mano de obra, pero cuando se ponen así de ‘amarrados’, es difícil”, apostilló León. 

Dato

El proceso de intervención en el barrio arrancó sobre mediados del 2021 y, a la fecha, las obras no se han culminado.

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