“Soy transparente, tan limpio en mis asuntos que nadie me puede molestar. No hago nada que pueda ser considerado como un delito. Todo lo que se puede decir es que cojo (follo), es la única cosa que se puede decir. En unos meses me iré para ocuparme de mis cosas, a otro lado, me voy de este país de mierda que me da ganas de vomitar”, dijo Berlusconi en la conversación fechada el 13 de julio pasado con Lavitola.

La grabación que sirve como prueba en el caso que se le sigue a Lavitola, director del diario L’Avanti, por un presunto caso de extorsión contra Silvio Berlusconi, fue dada a conocer ayer por la juez de indagaciones preliminares de Nápoles, Amelia Primavera, quien reveló la captura de Giampaolo Tarantini y su esposa, implicados en el mismo hecho.

Según Primavera,  Tarantini no sólo está implicado como uno de los empresarios que llevaba a diferentes prostitutas al jefe de Gobierno en el 2009, sino que además valiéndose de ésto aparentemente le pidió y recibió dinero a Berlusconi para no declarar que él le pagaba a las mujeres para que se prostituyeran y no delataran las fiestas que se hacían en sus mansiones de Cerdeña y Roma.  

De acuerdo con datos de la Fiscalía, citados por el semanario Panorama, propiedad de la familia Berlusconi, el jefe de Gobierno habría dado 500 mil euros y luego sumas menores para que Tarantini siguiera diciendo en su proceso que él no estaba enterado de dichos hechos y así evitar un escándalo sexual de grandes magnitudes.

Sin embargo, el caso se complica puesto que Valter Lavitola habría sido el intermediario de esos pagos entre Berlusconi y Giampaolo Tarantini. Más aún, se conoció que Lavitola recibió parte de éste dinero, el cual puso en el extranjero para ejercer actividades comerciales.