El cuerpo que fue  hallado en las afueras de Quetta, principal ciudad de Balushistán, y tenía una nota firmada por el grupo Tehreek-e-Taliban donde se leía claramente que las circunstancias que ronderaron su muerte correspondían a que no fueron pagados los 30 millones de dólares del rescate.

“Nuestras demandas no fueron satisfechas, hemos puesto su cuerpo en la bolsa después de haberle matado. Vamos a difundir  un video de su decapitación”, precisaba el mensaje según dijo el jefe de la Policía local, Tariq Manzoor.

Jalil Dale, un británico musulmán que había montado un programa sanitario en Quetta hace un año, fue secuestrado el pasado 5 de enero por ocho hombres armados y enmascarados que lo sacaron de su automóvil en un puesto de control cuando regresaba a su domicilio.

El Comité Internacional de la Cruz Roja en cabeza de su director general, Yves Daccord, condenó en los términos más firmes los abusos cometidos contra Rasjed Dale al calificarlos como actos de barbarie.

“Estamos consternados”, añadió Daccord, quien recordó que Jalil Dale había trabajado para el Cicr en Somalia, Afganistán e Irak y que formaba parte de su personal “experimentado”.

El ministro de Relaciones Exteriores británico, William Hague, aseguró por su parte que Londres había tratado de lograr la liberación de Dale.

“Se trata de un acto insensato y cruel, dirigido a una persona cuyo papel era ayudar al pueblo paquistaní. Este acto ha causado una pena inconmensurable a todos los que conocían a Dale”, declaró Hague en un comunicado.

Un cirujano de la Policía del Bolan Medical College de Quetta, a donde fue llevado el cadáver, precisó que Dale fue decapitado entre 12 y 14 horas antes de ser descubierto el cuerpo.