¿Debemos celebrar el 20 de julio?

Alfonso Reyes Alvarado

“Es un pequeño paso para el hombre, pero un gran paso para la humanidad”, fueron las palabras pronunciadas por Neil Armstrong el 20 de julio de 1969 al poner un pie en la superficie de la luna. Se calcula que unos 500 millones de personas vieron en directo el primer alunizaje humano. Yo fui uno de ellos, junto a mis padres y hermanos frente a un televisor en blanco y negro.
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Ayer, exactamente 52 años después, Jeff Bezos, el fundador de Amazon y el hombre más rico del planeta, alcanzó una altura de 100 km en su cápsula New Shepard diseñada para realizar viajes de turismo espacial, un mercado potencial de dos billones de dólares que desea conquistar junto a sus amigos Richard Branson, creador de Virgin Galactics, que hace una semana alcanzó los 80km de altura, y el surafricano Elon Musk, fundador de SpaceX que coloca satélites en órbita alrededor de la Tierra y lleva tripulantes a la estación espacial desde hace algunos años.

Es importante mencionar que, además del hermano de Bezos y de un joven holandés de 18 años, los acompañó Wally Funk, una mujer de 82 años quien fuera parte del programa ‘Mercury’; que entrenó a mujeres como astronautas en 1961. A pesar de que ella superó a varios de los hombres que se preparaban en un programa alterno, nunca se le permitió salir al espacio por su condición de mujer. La invitación de Bezos es un acto simbólico de reparación por esta injusticia de género.

Pero ¿cuál es la relación de la conquista del espacio con nuestra independencia? El grito de independencia surgió del sueño de construir un país libre, solidario y próspero para todos.

Cuando Kennedy, en su famoso discurso de 1962 propuso llevar a un hombre a la luna y traerlo de vuelta sano y salvo en un plazo de diez años, puso en marcha una misión de largo aliento. Y aun cuando hoy sería reprochable el que hubiese excluido en su alocución a las mujeres, el efecto fue un movimiento social que se unió en torno a la realización de un sueño común que la gente, sin distingo, quiso alcanzar.

Casi dos siglos y medio después de este grito de independencia volvemos a vivir un estado de indignación generalizada que se manifiesta en marchas y bloqueos que paralizan y destruyen.

Por lo tanto, además de celebrar el pasado, deberíamos unirnos para construir el futuro. En el caso del Tolima, para identificar aquellas misiones que, como la conquista del espacio en los 60, nos señalen un derrotero preciso que podamos alcanzar trabajando mancomunadamente.

El desarrollo de la bioeconomía regional podría ser una de ellas; el impulso de una industria cultural centrada en nuestra riqueza musical y gastronómica podría ser otra. ¿Cuáles serían las demás?

ALFONSO REYES ALVARADO

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