Las perlas escondidas de Ibagué

Alfonso Reyes Alvarado

Ibagué tiene varias perlas que han permanecido inadvertidas. Obras de arte que se encuentran en algunos de sus parques, plazas o frente a edificios públicos pero que no aparecen reseñadas en los catálogos turísticos de la ciudad. Solo quienes viven cerca de ellas o suelen pasar por esos lugares tienen el privilegio de observarlas. 
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Una de estas perlas es el “ritual de la reconciliación”, una emblemática escultura del maestro José Augusto Rivera Castro, oriundo de Herveo, que se encuentra en el parque de Rincón de Piedra Pintada. La placa que la describe dice lo siguiente: “La población de Lídice en la república Checa fue completamente arrasada por el ejército alemán en la segunda guerra mundial, como retaliación a su destacada resistencia ante la invasión. Esta escultura rinde homenaje a las víctimas de la tragedia de Lídice y de todos los conflictos, y nos invita a buscar permanentemente escenarios de reconciliación y solidaridad para la construcción de la paz”. 

La escultura muestra a un grupo de personas que se funde en un abrazo envolvente que invita a la reconciliación y a la hermandad. Una invitación que sigue vigente para nuestro pueblo, tan duramente afectado por una violencia fratricida de setenta años. Violencia de los grupos armados, violencia del narcotráfico, violencia de las organizaciones criminales, violencia en las manifestaciones pacíficas y, tal vez la más dañina, la violencia intrafamiliar. 

El acuerdo de paz con las FARC era necesario, pero claramente insuficiente para terminar con todas estas expresiones de violencia. Este es el valor que tiene el abrazo acogedor que nos evoca la obra del maestro Rivera. Un valor que desde el primer momento notó el Papa Francisco en su visita a Colombia en 2019. La obra se exhibió en la Nunciatura apostólica y el sumo pontífice pidió que se la enviaran directamente a su oficina privada, fue uno de los pocos obsequios que reclamó para él. 

Pocos meses después, una versión a mayor escala fue ofrecida por el gobierno colombiano al Vaticano como un mensaje de reconciliación al mundo. La obra fue aceptada y estará en los jardines de los museos del Vaticano a partir de abril del próximo año.

Pero los regalos deben honrar los compromisos que generan. Lamentablemente el gobierno no ha destinado aún los recursos que se necesitan para fundir y trasladar a Roma la escultura. El maestro ha tenido que acudir a la buena voluntad de empresarios(as) y personas que quieran comprar una versión a escala de la obra. Al hacerlo, estarán contribuyendo a este proyecto. La alcaldía de Ibagué adquirirá una versión y la gobernación otra para llevarla a Herveo. Quienes deseen apoyar pueden consultar en Instagram: ritualdereconciliación o escribirle directamente al maestro en joseaugustoriveracastro@gmail.com 

En la era de la postpandemia vale la pena preguntarnos si queremos que la siguiente generación se reconozca a sí misma como nietos de la violencia o como hijos de la paz. 

ALFONSO REYES ALVARADO

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