Voto de opinión

Camilo González Pacheco

Las elecciones presidenciales del próximo 19 de Junio se podrían señalar –según conocidos politólogos y columnistas nacionales- como uno de aquellos comicios en los que tendrá poder decisivo y especial el llamado “voto de opinión”. O sea, el voto –valga la pena la repetición- opuesto al amarrado, al comprado, al dado a cambio de favores.
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En especial, el voto contrario al perteneciente a la maquinaria política. Es decir, un voto libre, pensado, calculado, analizado objetivamente. Para efectos de elección presidencial, decidido claro está, con pleno conocimiento del candidato y sus propuestas de gobierno.   

Algunos importantes politólogos nacionales  -Hernando Llano, entre otros- han sostenido que “voto de opinión” constituye desde la lógica del lenguaje una redundancia, por cuanto todo voto lo que expresa es una opinión. Sin embargo, afirma el Profesor Llano, que la realidad de nuestra cultura política hace necesaria dicha expresión, ya que lamentablemente el voto muchas veces en nuestro entorno regional y nacional, no expresa una opinión como tal, sino más bien un interés personal. Muchas veces - ya de nuestra cosecha– amarrado a la politiquería, el clientelismo y la corrupción.   

Estudiosos académicos del interesante tema de participación democrática aquí referido, le han dado –al ya varias veces citado “voto de opinión”- entre otras muchas válidas características, las siguientes: 

Es ejercido por ciudadanos que no pertenecen a una maquinaria o no tienen un partido político. 

Los votantes están más informados y mejor educados, lo que les permite hacer una elección a conciencia. 

Es un voto urbano.  

Ahora bien, aquí y ahora, a dos semanas del certamen electoral de elección del próximo Presidente de la República de Colombia, se percibe la presencia y el crecimiento de ese valioso voto, con poder decisorio para el fortalecimiento de la democracia integral en Colombia. El debate avanza y se cualifica.  

Las dos candidaturas presidenciales en juego, Petro y Rodolfo, cada una desde su orilla conceptual y programática, se juegan su suerte en estas dos semanas a partir de atraer y sumar el voto mayoritario de opinión. El electorado cuenta ya con pleno conocimiento de las propuestas y el perfil de cada candidato. Afortunadamente las tradicionales clientelas bipartidistas ya están superadas. Sin lugar a dudas, la cercana prueba democrática es históricamente significativa y especial. Muy reveladora. 

De ahí, la importancia de la participación electoral de las mayorías sociales del país, pensando en un mejor futuro de equidad e igualdad económica, social y ambiental para nuestra patria, basado en propuestas concretas de desarrollo integral para Colombia.

 

CAMILO GONZÁLEZ PACHECO

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