El hecho migratorio

Carlos Eduardo Lagos

El hecho migratorio es una realidad que demanda una perspectiva global y respuestas armonizadas de los estados enlazados en la dinámica de trasladar y recibir a los migrantes; por ello se requiere unificar criterios para una mejor coordinación y cooperación entre las naciones que involucran a sus connacionales en este intercambio de personas, culturas, saberes, esfuerzos, inversiones, políticas, visiones; etc. Lo cual si es reconocido adecuadamente, beneficiaría de manera franca a las naciones que lo hagan y lo formalicen dentro de las dinámicas propias de cada estado.
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Concretamente nuestro país se ha distinguido por una gran movilidad de su población, materializada en tres grandes oleadas: la primera en la década de los años sesenta con una marcada preponderancia hacia los Estados Unidos, la segunda en la década de los años ochenta con destino hacia Venezuela y la tercera en la década de los años noventa dirigida hacia España y otros países de Europa.

Según estimación realizada por el Ministerio de Relaciones Exteriores, actualmente se encuentran en el exterior 4.7 millones de colombianos, no obstante la realidad supera esta cifra, pues se calcula que existe un subregistro de colombianos en la informalidad que superaría los seis millones de migrantes.

Ahora bien, según datos del Banco de la República los colombianos en el exterior enviaron una cifra récord de remesas al país con una cifra aproximada de 8.597 millones de dólares, por los conductos oficiales; lo que reafirma que el trabajo arduo de nuestros compatriotas, se constituye en una de las fuentes más importantes de recursos, ocupando el segundo renglón en nuestra economía.

Dicha cifra es descomunal, bajo cualquier parámetro que se utilice. A ojo de buen cubero, el dinero que envían los colombianos a su país equivale al 17 por ciento de las exportaciones y supera las ventas al exterior de oro, café, flores, banano, aceite de palma, azúcar y productos químicos, en su conjunto.*2

Por lo tanto, reconocer este hecho migratorio como el desplazamiento de una población que se produce desde nuestro lugar de origen a otros destinos y lleva consigo un cambio de la residencia habitual en el caso de las personas o del hábitat en el caso de las especies de animales migratorios; permitiría si se proporciona el apoyo, seguridad, bienestar y sostenibilidad a esta población que lucha, contribuye y de qué manera con la economía nacional, un mayor crecimiento de nuestra economía y de la extranjera, pero lo más importante, es que contribuiría con la estabilidad de nuestros migrantes y sus familias.

Ese es el compromiso expresado por el abogado Guillermo Pérez Flórez, uno de los migrantes nacionales que regresó a nuestro país, con  la decidida intención de reconocer el hecho migratorio, en su trabajo legislativo como miembro de la lista al senado por el nuevo liberalismo.

 

*1. Ministerio de relaciones exteriores

*2. Portafolio

Carlos Lagos.

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