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Respecto a la Bancada de Congresistas de origen tolimense observamos que, por primera vez hay paridad de género en su conformación: Ana Paola Agudelo y Jahel Quiroga son dos de los cuatro Senadores, y Martha Alfonso, Olga Beatriz Gonzáles y Delcy Isaza, son tres de los seis que ingresaron como Representantes a la Cámara. Esto es, paridad en ambos escenarios, un hecho notable, excepcional, porque bien sabemos que ese espacio, así como muchos otros correspondientes a la dirigencia en diversos ámbitos en el Tolima, se han caracterizado por excluir a las mujeres como resultado de una fuerte postura “machista”. No hay duda entonces que las cosas están cambiando; por ello nos sentimos muy complacidas y expresamos a nuestras congéneres, los mejores deseos de éxito en su gestión; por supuesto, también a los caballeros que serán sus coequiperos.
Unas y otros proceden de grupos políticos diversos y representan distintos intereses e ideas, pero esperamos que logren superar las diferencias a la hora de buscar los mejores resultados para Colombia y para el Tolima, tierras que han acumulado inmenso dolor y retraso por la incapacidad de acordar unos mínimos que permitan trabajar como un verdadero equipo. Tenemos la expectativa de que la presencia de un número significativo de mujeres aporte especial capacidad para deliberar con armonía en medio de las diferencias y remar en el mismo sentido. Las congresistas en particular tienen la responsabilidad de enviar un poderoso mensaje a las jóvenes, a quienes su exitoso desempeño puede animarlas a participar en política, esa, que bien orientada puede determinar un futuro con equidad, justicia, libertad y mucho más.
Será un período muy difícil, puesto que tendremos un gobierno de izquierda que llegó “contra viento y marea” y para superar algunos de los gravísimos problemas que enfrenta el país se propone adoptar reformas trascendentes en áreas muy sensibles. Ello, por supuesto, ha generado grandes expectativas y también temores. Son propuestas que buscarán aprobación en el Congreso, del cual se espera que apoye cuanto sea conveniente para el país y no solo para las individualidades que allí tienen asiento. Además, que lo hagan con prontitud y sin reclamar las perversas gabelas a las que están acostumbrados. Pero no podemos ser inocentes, pues a pesar de las alianzas concertadas, es previsible una feroz oposición de congresistas y partidos que se niegan a perder los privilegios que han disfrutado por décadas, así que haciendo uso de artimañas defenderán las múltiples formas de corrupción, el régimen de cuotas burocráticas y otras mañas que tanto daño han hecho al país y de lo cual tenemos miles de ejemplos, como el del Senador Mario Castaño, denunciado recientemente como cabecilla de una poderosa red de corrupción que incluye personajes del Tolima. No obstante, alienta pensar que la presencia de un alto porcentaje de congresistas nuevos, una importante presencia de mujeres y una vigorosa vigilancia de la ciudadanía, propicie un mejor desempeño del Congreso y, de paso, reivindique la deplorable imagen que tiene.
En ese marco tan complejo, de la Bancada Tolimense esperamos que se ganen el calificativo de “Honorables” y que, por su notable desempeño, nos permitan sentir orgullo de ser sus coterráneos. Si así lo hacen, estaremos vigilantes para aplaudirles con entusiasmo. Exitos, muchos éxitos, para ellas y ellos.
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