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Su triunfo en las pasadas elecciones territoriales constituye un hecho de gran significación porque, como se ha divulgado ampliamente, es excepcional que en Colombia, en forma simultánea sean elegidas mujeres en la Gobernación y la Alcaldía de la capital. Un hecho que se complementa con la elección de ocho mujeres más como alcaldesas en otros municipios del Tolima (del total de 47 municipios).
Ustedes lo han logrado y van a asumir una responsabilidad histórica que les dará enorme visibilidad y las hará objeto de especial observación y exigencia. Los tolimenses, independiente de diferencias políticas, ideológicas y de cualquier otro tipo, esperamos que su mandato se destaque de modo especial y no podemos menos que expresarles nuestra solidaridad y desearles muchos éxitos.
Su presencia en esos cargos suma al leve crecimiento de participación femenina en espacios de representación política, que continúa siendo muy baja, puesto que como reporta el Dane, las mujeres somos el 51.2% de la población colombiana.
Ahora bien, aun conociendo las dificultades que enfrentarán, es mucho y muy importante cuanto pueden hacer y está en sus manos trabajar para que se corrijan graves vicios que afectan a la administración pública y hacen mucho daño a la región. Pueden demostrar que las mujeres no solo tenemos la capacidad y el temple para gobernar bien, sino que tenemos la sensibilidad social y el compromiso de aportar al desarrollo del Tolima, ese que ha estado esquivo a pesar de las grandes oportunidades que ofrece el entorno.
Mi vivencia como primera alcaldesa de Ibagué me hace consciente de los problemas que se enfrentan, principalmente por las limitaciones y vicios arraigados en la administración pública, por lo limitado de sus finanzas frente a las grandes necesidades acumuladas, por el fuerte centralismo y por severas dificultades en muy diversos campos. Frente a ello, tengo la convicción de que lo que permite salir adelante y con la frente en alto, es la firmeza de carácter, el compromiso con principios éticos y con la ciudadanía, así como la conformación de equipos de trabajo integrados por personas honestas e idóneas.
En sus manos está hacer la diferencia y proyectar un poderoso mensaje a la comunidad en general y muy especialmente a la juventud, sobre la trascendencia de promover valores como el respeto y la equidad para todos, y muy particularmente para la mujer, que requiere condiciones propicias para desarrollar su enorme potencial y con ello su aporte al avance de las comunidades.
Es excepcional también que en la actualidad el Tolima cuente con paridad entre sus representantes tanto en la Cámara como en el Senado, circunstancia que debe significar un gran apoyo al Departamento en su conjunto, y especial soporte al trabajo de las mujeres electas. Las mujeres hemos clamado por equidad de oportunidades y si bien no cabe esperar ni exigir milagros, son grandes las expectativas de que a través de su trabajo, ustedes refuercen la esperanza de que un futuro mejor para el Tolima es posible.
Las mujeres, tan involucradas y comprometidas con la formación de las nuevas generaciones sabemos muy bien que “el ejemplo no es la mejor forma de educar, sino la única”. De ustedes esperamos todo eso y mucho más. Por ello les deseamos: ¡¡Éxitos, muchos éxitos!!
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