Enfocar para avanzar

César Picón

La ciudadanía que mantiene vivo el fragor del paro nacional merece todo el apoyo y reconocimiento por no solo haber logrado tumbar la reforma tributaria y al engreído Ministro de Hacienda, sino porque su resistencia en las calles representa una notificación para los gobernantes autoritarios que han venido acostumbrados a actuar a espaldas del pueblo a través de cómodas componendas con las élites.
PUBLICIDAD

Después de este paro todo político sabrá que cualquier decisión que vaya en contravía del interés general tendrá una contundente respuesta callejera.

Hasta ahora todo ha sido victoria para el pueblo y derrota para el gobierno tirano. Sin embargo, hay que reconocer que, aunque probablemente todos los manifestantes tienen claro porque permanecen en movilización, esos motivos son tan distantes entre sí que hacen difícil que esa lucha popular termine en ganancias específicas. Petro dijo que hoy la protesta no tiene objetivos claros, yo diría mas bien que son demasiado dispersos.

Pongámoslo en estos términos. Los líderes que mantienen bloqueado el paso en Boquerón están demostrando su rechazo al peaje que pronto entrara a operar en la vía hacia Cajamarca. Los que tuvieron cerrado el paso en El Totumo reclamaban por maquinaria para rehabilitar la vía hacia Roncesvalles. Los que bloquean el paso en el cruce de Armero denigran de ese injusto peaje sobre la vía hacia el Líbano y Manizales. En las calles unos exigen justicia por los abusos de las fuerzas armadas contra la población civil, otros rechazan la reforma a la salud, otros protestan contra el fracking, el glifosato y la mina La Colosa, algunos reclaman por la masacre de líderes sociales y el incumplimiento a los acuerdos de paz y Fecode marcha, entre otras cosas, en contra de la alternancia educativa. Esto último me parece inverosímil, quizá es con lo único que no estoy de acuerdo.

Todas las anteriores demandas (menos la de la alternancia porque tengo una posición muy distinta sobre el regreso a clases), siendo justas y necesarias, representan un maremágnum de peticiones que probablemente no lograrán respuestas de fondo y eso, desafortunadamente, podría hacer sentir a muchos que pelearon por nada. Además, podría empezar a generar no solo un cansancio entre quienes han permanecido en pie de lucha sino en el resto de ciudadanía que, aunque apoye con firmeza las causas populares, ya empieza a sentir inconformismo frente a los persistentes cierres y concentraciones de ciudadanos.

Se vienen otras batallas que debe ganar el pueblo. En pocas semanas vendrá una nueva propuesta de reforma tributaria que seguramente hará crispar de nuevo los ánimos. Hay que sacudir al Gobierno para que acelere la vacunación y genere un verdadero plan para la reactivación económica y el empleo. La renta básica y la gratuidad de la educación superior. Y especialmente, el año próximo, una dura contienda para lograr que Colombia tenga un gobierno reformista que pueda atender los reclamos de los ciudadanos que hoy se expresan en las calles. De modo que es necesario enfocar los objetivos primarios para poder avanzar en la exigencia de reformas que cambien el panorama social y económico que estamos viviendo y que nos tiene inconformes. Hay que prepararnos para las luchas venideras: la protesta es el vehículo, la meta es lograr cambios y reformas profundas.

CÉSAR PICÓN

Comentarios