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Un dato preocupante presentado por Fedesarrollo (Luis Fernando Mejía, El Tiempo, junio 7 de 2020) indica que en el mes de abril cerca de 5,4 millones de colombianos perdieron su empleo, es decir, una cuarta parte del total de la fuerza laboral.
Así mismo, los desempleados aumentaron en 1,6 millones, lo que subió la tasa de desempleo a 19,8 %, el valor más alto en lo corrido de este siglo. Con estas cifras de desempleo la tasa de pobreza puede llegar al 31,9%, es decir, 2,3 millones de personas adicionales podrían caer en pobreza en el país.
Es por esta razón, que políticas públicas que incentiven la inversión pública y privada en programas que generen empleo y promuevan el emprendimiento se convierten en una prioridad para la recuperación de la economía nacional.
Esta situación puede ser mucho más crítica en el Tolima, si se considera que el departamento tuvo la tasa de desempleo más alta del país en el año 2019 de 15,3% y según el reporte de abril 2020 del DANE, de 23 ciudades capitales incluidas en el estudio, Ibagué es la segunda ciudad del país con la mayor tasa de desempleo, 25,1%.
Esto demuestra el alto impacto social y económico de la pandemia en nuestro departamento. Además, si miramos los índices de competitividad nacional en el pilar de mercado laboral, el Tolima ocupa el puesto 24 entre 33 departamentos, lo cual hace imprescindible y urgente desarrollar estrategias inmediatas de inversión para la generación de empleo y evitar una crisis social de gran magnitud.
Los sectores económicos que tradicionalmente generan mayor empleo en el país son infraestructura, energía, agroindustria, comercio y tecnología. Veamos entonces que oportunidades existen en el Tolima. Si el Gobierno nacional cumple la meta que anunció el Invias recientemente, el Túnel principal de La Línea junto con otros viaductos deberá entregarse en septiembre 2020, lo cual permitiría acelerar el desarrollo del nodo logístico de la región central, transformar la productividad del centro-occidente colombiano e impulsar el turismo en el Tolima y la zona cafetera.
Por lo tanto, el Tolima como miembro de la región central deberá preparar urgentemente los proyectos de innovación y adelantar las gestiones necesarias para asegurar su financiamiento con los 253.2 billones de pesos que se adjudicaron en el Plan Nacional de Desarrollo a la región central como centro de innovación y nodo logístico de integración productiva nacional e internacional. Está claro que quien llegue primero a la mesa de negociación con sus proyectos innovadores tendrá una mayor probabilidad de éxito.
Así mismo, en su ruta de reactivación económica inmediata, el gobierno departamental deberá generar un plan de estímulos e incentivos fiscales, tributarios y de soporte a la inversión para apoyar al sector privado, a las pequeñas y medianas empresas, y a las organizaciones de la sociedad civil vinculadas al desarrollo sostenible del Departamento.
Al mismo tiempo, debe adelantar la gestión necesaria para atraer inversión nacional y extranjera para la generación de empleo. Las áreas estratégicas de inversión deben ser aquellas que contribuyan simultáneamente al desarrollo de la infraestructura productiva, al desarrollo científico y tecnológico que genere innovación, y a la inclusión social y económica de pequeños y medianos productores, y de jóvenes y mujeres que son los más vulnerables ante una crisis de la magnitud que se pronostica. Las alianzas público-privadas, el apoyo a las organizaciones de la sociedad civil y los mecanismos de transparencia y anticorrupción son esenciales para el éxito de la estrategia de reactivación económica.
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