¿Gobernar o trinar?

Columnista Invitado

En Colombia, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), hay cerca de diez millones de personas que devengan menos de un salario mínimo.
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Además, un número que bordea los tres millones de trabajadores gana al mes un millón 300 mil pesos, más 162 mil adicionales por concepto de auxilio de transporte.

Jugando con los números, cada jornada de trabajo equivale a 43 mil pesos, cada hora 5 mil 400, cada minuto 90 y cada segundo -lo que demora un suspiro- un peso con 50 centavos.

Las mismas cifras del Dane indican que el 47 % de los trabajadores asalariados están por debajo del umbral del salario mínimo y un 11 % se ubica en ese rango. En contraste, tan solo un 8 % está por encima de los tres mínimos, algo menos de dos millones de personas. Ello demuestra la brecha gigante, en términos de distribución de la riqueza, que hay en el país.

El presidente de los colombianos recibe, todos los meses, cuarenta salarios mínimos, esto es 43 millones 418 mil pesos. Alguien puede decir que dirigir los destinos de un país como el nuestro merecería una retribución mucho más alta, quizás equiparable a la de estos CEO que ajustan ingresos por encima de los cien millones, ante el desafío de tener que administrar una ‘empresa’ de semejante calibre.

Un informe de la Silla Vacía hizo las cuentas sobre el número de veces que el primer mandatario hace publicaciones diarias en X, la red social que convirtió en su amplificador preferido para opinar, ordenar, controvertir, anunciar, señalar, hasta destituir funcionarios, en un contexto en el que la polarización no muestra visos de ceder. Petro ‘tuitea’ 54 veces al día. Haga usted, amable lectora o lector, el ejercicio de publicar un ‘post’ o ‘trino’. ¿Cuánto se demora? ¿Un minuto, dos, a lo sumo tres? ¿Es capaz de realizar otra actividad paralela mientras piensa y, seguido, escribe? ¿Cuánto demora en volver a retomar la concentración en lo que originalmente estaba haciendo?

El inquilino de la Casa de Nariño es, para sí y para los demás, su propio ‘community manager’. Pensemos que de las 24 horas del día el presidente dedica seis a dormir. Tiene entonces 18 horas para estar atendiendo su apretada agenda y, además, tiene la capacidad de publicar tres mensajes en promedio cada hora, que nos cuesta 180 mil 908 pesos, o sea, 33 veces más que un trabajador de salario mínimo.

Los jóvenes, tan afectos al mundo de las redes sociales, le dijeron al mandatario en un encuentro la semana anterior lo que pensamos tantos colombianos: gobierne más y tuitee menos.

Si hace el propósito como ‘penitencia’, el año entrante el Vaticano, en el jubileo, concederá indulgencia plena a estos ‘pecadores’.

 

Luis Fernando Rueda Vivas

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