Mujeres

Columnista Invitado

Estos últimos días han sido bastante convulsos en materia de género. Por un lado, el martes pasado el Juzgado 10 Penal del Circuito de Bogotá condenó a John Poulos a 42 años de prisión, al haberlo encontrado responsable de la muerte de Valentina Trespalacios, una joven DJ con quien sostenía una relación sentimental. Días antes, el país recibió con preocupación la noticia de que una mujer fue asesinada en un centro comercial a manos de su expareja, a quien previamente había denunciado sin que las autoridades hubieran tomado medidas al respecto.
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La violencia contra la mujer ha venido en aumento, sin que existan medidas suficientes que ayuden a mejorar sus condiciones. A diario se conocen más y más casos, y hasta ahora estamos dándonos cuenta de que el derecho penal no es un mecanismo idóneo para cambiar la situación actual. Las autoridades de todo orden deben empezar a priorizar dentro de los planes de desarrollo y de trabajo, todas aquellas alternativas que permitan fortalecer la formación académica y laboral de las mujeres; sólo así lograremos empoderar a quienes han sido consideradas como “el sexo débil”. Por supuesto que no lo son, así muchos se empecinen en tratar de convencernos de lo contrario.

Es innegable que la solución está en la promoción y facilitación del empleo y la educación. El ejemplo más reciente está en México, donde una mujer, en un país históricamente considerado como machista, y luego más de 200 años de historia de independencia, se convirtió en la primera presidenta. Claudia Sheinbaum obtuvo la más alta votación que cualquier presidente hubiese alcanzado. Emociona el hecho de que una científica y académica sea la nueva encargada de dirigir a un país que tanto impacto tiene en la región. Aunque fue la candidata de López Obrador, seguramente tendrá el carácter suficiente como para trabajar de manera independiente.

No nos desgastemos en debatir acerca de incrementar las penas o de crear nuevos delitos. Dediquemos el esfuerzo a encontrar alternativas viables que realmente permitan cambiar las dinámicas familiares. Es allí donde se logra una verdadera revolución; reconozcamos a la mujer como sujeto de especial protección y apoyemos cuanta iniciativa permita mejorar la calidad de vida de aquellas afectadas por el patriarcado.

Adenda: en pocos días el Estado colombiano reconocerá ante las Naciones Unidas su falla en la implementación del acuerdo de paz. Bien particular el hecho de que se haga en cabeza del presidente Petro, precisamente ahora que Rodrigo Londoño, exjefe de las Farc, afirma que ha sido en este gobierno en el que menos se ha avanzado.

 

Rodrigo Javier Parada

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