Color gris Bulgaria

Fuad Gonzalo Chacón

Gueorgui Gospodínov, el más reciente ganador del International Booker Prize inglés por su flamante obra “Las Tempestálidas”, estuvo de paso por Madrid para promocionar “Acerca del Robo de Historias y Otros Relatos”, un collage narrativo originalmente publicado hace más de dos décadas que debuta en nuestras sobremesas de la mano de Impedimenta, sello que también imprime a su amigo Mircea Cărtărescu, sólido candidato rumano al Nobel y a quien Gospodínov no dudó en increpar enviándole por Whatsapp una foto de nosotros, el público asistente, contribuyendo así a la sana rivalidad entre ambos por quién llena más sótanos de librerías a lo largo del mundo.
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Gospodínov, como no suele pasar con otros galardonados, ha sabido canalizar la exposición mediática del premio, haciendo que sus contundentes novelas sobre el nostálgico pueblo búlgaro que avanza hacia el futuro con un pie atrapado en el pasado consiguieran visibilidad y, hoy por hoy, bien podemos sentarlo a la mesa junto con otras grandes plumas de Europa Oriental como el mismo Cărtărescu, la polaca Olga Tokarczuk (Nobel 2018), el ucraniano Andrei Kurkov o la croata Dubravka Ugrešić. Una carrera en ascenso que empieza a entrar en su mejor momento gracias a sus textos melancólicos que maridan perfectamente con su sentido del humor color gris Bulgaria que te da risa y ganas de llorar al tiempo.

Sin duda alguna, uno de los puntos más álgidos del encuentro fue la confesión sobre el origen de su icónico personaje Gaustín, quien dice presente a lo largo de su bibliografía con apariciones evolutivas tanto en “Acerca del Robo de Historias y Otros Relatos” y “Las Tempestálidas” como en otro de sus trabajos más destacados, “Física de la Tristeza”. Con su nombre extraído de la fusión de San Agustín y Giussepe Garibaldi, Gospodínov revela que encontró a quién bautizar con éste en un particular sujeto que conoció durante su juventud, un mercader del pasado que se dedicaba a vender viejas cajetillas de cigarrillos búlgaros y al que le compró un par con la esperanza de transportarse décadas atrás con cada bocanada. Treinta años después, las antigüedades como máquinas del tiempo serían el eje central de “Las Tempestálidas”.

Dentro de unos meses sabremos quién sucederá a Gospodínov en el trono del International Booker Prize, en el que, entre sus semifinalistas, centellea el nombre del ya citado Kurkov, el albano Ismail Kadaré y una nutrida nominación de autores latinoamericanos, de la que ya tendremos oportunidad de hablar más adelante. Aunque sin importar el resultado final, les hemos quedado debiendo una muy grande a los británicos por haber inyectado a la literatura de Gospodínov con el momentum necesario para sacarle del estado de animación suspendida en la que se encontraba y elevarlo a las alturas del mercado editorial.

De momento, las letras de Gospodínov continúan buscando nuevos lectores en el público hispanoamericano y, mientras esperamos que termine con el libro de ensayos en el que trabaja (otro de los géneros que, junto con la poesía, controla tremendamente bien), “Acerca del Robo de Historias y Otros Relatos” será una buena primera inmersión para los interesados.

FUAD GONZALO CHACÓN

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