Cumbres por la naturaleza

Guillermo Pérez Flórez

Madrid y Cali serán las sedes de dos eventos de trascendencia mundial: el XX Congreso Botánico Internacional (CBI) en julio, y la COP16 sobre Biodiversidad en octubre, respectivamente. Son citas que revisten especial significado para el planeta, y de manera particular para Colombia.
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La cumbre botánica es organizada por el Real Jardín Botánico de Madrid y la Sociedad Española de Botánica, y reunirá 4.000 participantes de todos los países. Se celebra cada seis años. 

Es el congreso más longevo, pues se viene haciendo desde 1900, el anterior fue en Shenzhen (China). Tendrá una amplia variedad de actividades académicas, charlas populares, 200 simposios de seis presentaciones orales cada uno, marcadamente interdisciplinario, dado que incluye ecología, fisiología, paleontología, genética, etnobotánica y agricultura, entre otras disciplinas. 

Es una cita que hará de Madrid la capital botánica del mundo. Respecto a la COP16, en Cali, valga decir que pondrá a Colombia en el radar internacional en materia de biodiversidad, vocablo introducido por Edward O. Wilson en 1988, y que se refiere a la variedad de formas de vida en el planeta. Colombia es una potencia en este ámbito. Sin duda, será un hito, y es justo reconocer que el Gobierno y el presidente Petro se han apuntado un éxito importante. 

Wilson, como lo señala el profesor y antropólogo Armando Moreno Sandoval en una interesante crónica (La vez que el biólogo evolucionista Edward O. Wilson visitó a Mariquita (Tolima), tuvo “27 doctorados Honoris Causa, 90 premios internacionales por sus contribuciones a la ciencia y a la humanidad, junto a Bert Hölldobler obtuvo dos premios Pulitzer por sus ensayos sobre la naturaleza humana y sobre las hormigas, la Medalla Nacional de Ciencia de Estados Unidos y el premio Crafoord, equivalente a un Nobel de Biología. Al preguntársele que pedía para venir a Colombia la única condición que puso era que lo llevaran a conocer a Mariquita”. La razón: los estudios realizados allí por Mutis sobre las hormigas legionarias. Sus exigencias se cumplieron. Esta anécdota ilustra la dimensión que se le confiere a nuestro patrimonio histórico y biológico en otras latitudes y que nosotros muchas veces infravaloramos. 

La colombiana es casi el 10% de la biodiversidad del planeta, pese a que solo ocupa el 0,7% de la superficie continental. Su flora oscila entre 45.000 y 55.000 especies. El 15% de las orquídeas del mundo, cerca de 3.500 especies. Tiene el 60% de las aves de Suramérica y el 19% de las del mundo. La mayor cantidad de aves, anfibios y mariposas. La responsabilidad, pues, es muy grande. Pero, al mismo tiempo, la biodiversidad es una ventana de oportunidad en muchos campos, entre ellos el turismo de avistamiento de aves, por ejemplo. Algunos departamentos, como el Quindío, han tomado un liderazgo, con buenos resultados. Y qué no decir de la ciencia y la farmacología. 

Madrid y Cali pueden facilitar la visualización internacional de nuestro patrimonio. Por supuesto, no son estrategias que puedan diseñarse e implementarse en términos de semanas, no obstante, son espacios valiosos que tampoco se pueden dejar pasar, así como así. Algo podemos y debemos decir en ellos.  Hay que participar. Petro quiere que la de Cali sea la COP de las comunidades, y esto puede servir para ensanchar la conciencia colectiva sobre la importancia de tejer una nueva relación con la naturaleza. Más amigable e inteligente.



 

 

GUILLERMO PÉREZ FLÓREZ

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