Directo Caracas

Guillermo Pérez Flórez

La política colombiana es una tragedia. Y lo es, porque se hace en perjuicio de la gente. La oposición está dando un espectáculo deprimente.
PUBLICIDAD

Creen que hundiendo las reformas ejecutan un acto patriótico, cuando lo que están contribuyendo es a hacer más crítica la situación. El sistema de salud está a punto de colapsar, así lo dicen las propias EPS. Pero la oposición, en lugar de arrimar el hombro, hundió la reforma. En realidad, lo quieren es salvaguardar unos intereses privados e instigar el odio al presidente Petro.

Con la reforma pensional sucede algo similar. En esta ocasión no tuvieron cómo hundirla en el senado, quizás porque la precaria situación del pueblo colombiano es más que evidente, solo un 18% de los trabajadores logran una pensión completa. Actualmente, cuatro millones de personas mayores de 65 años no tienen ningún beneficio ni cobertura social. Según la Asociación Colombiana de Administradoras de Fondos de Pensiones y de Cesantías, Asofondos, tres de cada cuatro colombianos no se pensionan. Pese a esto, el lunes de esta semana, un señorito, animado por las marchas contra Petro, clamaba en el senado por el hundimiento de la reforma, argumentando que había que escuchar las marchas del pasado domingo.

La oposición no recuerda que con las consignas de “Petro no” y “Cualquiera menos Petro”, fue derrotada en las elecciones presidenciales. Y por partida triple. A todos sus candidatos les ganaron, individualmente, Petro, Francia Márquez y Rodolfo Hernández. Esos votos expresaban un anhelo de cambio. Da grima ver expresidentes, exvicepresidentes y jefes de partidos políticos con representación en el Congreso saliendo a marchar, incitando al odio y coreando el canto de los partisanos italianos, que eran comunistas. 

La gente que quiera protestar tiene derecho a hacerlo, por supuesto, de sus líderes, no obstante, se espera algo más, se esperan propuestas, y lo único que proponen en más de lo mismo. El libreto es el igual al de 2016 en el plebiscito por la paz, enardecer a la gente, intoxicarla con mentiras y odio. Santos iba a entregarle el país a las Farc, todos los niños se volverían gais, se rebajarían las pensiones para dárselas a los guerrilleros, y un largo etcétera. ¡Qué tal que no se hubiera hecho lo que se hizo! ¡Cómo estaríamos!

Ahora bien, lo triste es que Petro y sus más inmediatos colaboradores hayan decidido seguirles el juego y crean que una marcha se contrarresta con otra marcha. Equivocación. Es con acciones de gobierno. El presidente y los funcionarios solo deberían encabezar marchas para liderar actos de unidad nacional. Así empezaron las cosas en Venezuela, con el intento de golpe a Chávez en abril de 2002 y las posteriores manifestaciones de lado y lado, llevan 25 años perdidos y tienen jodido al país. Esas protestas con clara intencionalidad política sólo sirvan para profundizar fracturas sociales y políticas. No soy quién para dar consejos al Presidente de la República. Sin embargo, siento que lo tiene que hacer es concentrar sus energías - que por fortuna son muchas - en la acción de gobierno, en generar soluciones a los múltiples problemas que nos agobian. Dejar que quien quiera ladrarle a la luna, ladre. No se apagan incendios con gasolina.

La oposición quiere realizar su profecía, para decir: teníamos razón. Quieren que vayamos directo a Caracas. Sería torpeza permitírselo. 

GUILLERMO PÉREZ FLÓREZ

Comentarios