Resiliencia

Hugo Rincón González

Las historias que se escuchan se ven y se leen en periódicos y revistas sobre el impacto demoledor de la pandemia sobre los emprendimientos y el empleo parecen como dice el gerente del Banco de la República, apocalípticas.
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La quiebra y el cierre definitivo de empresas y microempresas con la consecuencia en la generación de pobreza y miseria en enormes cantidades de colombianos no lo habíamos visto nunca los de nuestra generación. El desempleo y su salto pavoroso parece surrealista, aunque hay que decir que ya veníamos viendo una economía que se estaba estancando.

La cosa está dura señalaba en su portada la Revista Semana hace unos días. Se mencionaba que el impacto económico y social de la pandemia ya eran desoladores a pesar de los numerosos decretos del gobierno nacional. Sin necesidad de ser expertos lo que se anticipa es que los colombianos y los tolimenses vamos a quedar más pobres y seguramente endeudados.

Sobre este panorama desolador los medios de comunicación han publicado las historias de varios sectores económicos que se han venido a pique y se han quebrado inexorablemente. Desde los sectores de la economía informal, pasando por las micro, hasta llegar a las grandes empresas, la pandemia ha sido como un huracán que amenaza con no dejar nada en pie.

Las arduas luchas por sobrevivir que hemos conocido van desde los que tenían un negocio de arepas rellenas, restauranteros, hoteles, bares y discotecas, tiendas de café, hasta llegar a la poderosa industria del transporte aéreo que ha visto cómo se acogen a la ley de quiebra en los Estados Unidos dos reconocidas empresas que volaban en nuestro país.

El paisaje gris, desolador y desesperanzador contrasta con la actitud luchadora de muchas personas que aún con estas enormes dificultades vienen resistiendo estoicamente, asumiendo una actitud resiliente para salir adelante en medio de la adversidad.

Sin recibir las prometidas ayudas del Gobierno nacional, se ven casos de personas cercanas que han dado un salto de un sector a otro, buscando ofrecer un producto o un servicio que se requiere en la situación actual. Se conocen iniciativas en la prestación de servicios de mensajería, personas que se han mantenido en su servicio de restaurante a domicilio, de fabricación de mascarillas e implementos de bioseguridad, lavado en seco de carros directamente en las residencias de los clientes, por mencionar algunas.

Desde hace muchos años en Colombia se viene diciendo que estamos en crisis y al borde del colapso, es posible que ahora esta percepción sea más veraz, pero a pesar de todo, los colombianos siempre hemos luchado contra la adversidad y hemos logrado salir adelante.

Ante situaciones de crisis hay que reivindicar la resiliencia para reponernos de circunstancias que nos afectan negativamente. Apostarle a que las personas ponen lo mejor de ellas pero que esto se debe conjugar con unas reales ayudas de los gobiernos desde lo local a lo nacional.

Ahora que se han aprobado los planes de desarrollo de las entidades territoriales, los gobernantes deben mover sus presupuestos para invertir en los sistemas de salud pública que garanticen una adecuada atención a la ciudadanía, lo mismo que a la reactivación económica para generar empleo y permitir que los negocios pequeños, medianos y grandes sigan existiendo.

En esta nueva etapa que se nos vino encima, donde se da apertura a nuevos sectores económicos para no seguir escalando las cifras de desempleo, se requiere de una fina coordinación entre alcaldes, gobernadores y el gobierno nacional. Armonía para el manejo de la pandemia y para la reactivación de la economía, evitando a toda costa que la cifra de contagios se dispare para que no haya una nueva prolongación de la cuarentena.

El reto es mayúsculo, mucha gente pide a gritos que los dejen salir a trabajar, asumen que es ineludible que debemos convivir con el virus, ya que el gobierno no optó por una distribución social de la riqueza para que la gente sobreviviera con dignidad en esta cuarentena; así las cosas, la apuesta es por la resiliencia en medio de las dificultades.

HUGO RINCÓN GONZÁLEZ

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