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Pero me voy a centrar en la encuesta Pulso Social, a través de la cual, es posible saber qué piensan y sienten los colombianos y los residentes de las 23 áreas metropolitanas, entre ellas Ibagué.
La última encuesta presenta los datos recolectados entre el 8 de enero y el 7 de febrero, a una muestra de 10.710 jefes de hogar. Uno de sus acápites es el del Bienestar subjetivo, sobre los resultados de preguntas que se hicieron para saber sobre la seguridad en los barrios, el grado de satisfacción con la vida en general, la salud, la situación económica de los hogares, las actividades laborales, la vida emocional y las relaciones interpersonales.
Se identifica la situación emocional de los colombianos, en tiempos de la pandemia, gracias a la perspectiva diacrónica en el tratamiento de los datos. Interesó entonces, saber sobre los estados de tristeza, un estado emocional que condiciona muchos de los comportamientos de las personas.
Los estados emocionales de tristeza, fueron recurrentes durante la crisis humanitaria mundial, con afectaciones sobre la salud de los sujetos. En julio de 2020, tras cinco meses del virus, la tristeza fue más crítica en una cuarta parte de las mujeres (25.2 por ciento) y menos en los hombres.
Sin embargo, dicha emoción, fue disminuyendo desde enero del año en curso y según la encuesta, sólo afecta a un 12.6 por ciento de las mujeres y al 7.9 por ciento de los hombres.
Igualmente ocurren situaciones que perturban el “Bienestar Subjetivo”, que el DANE trata de medir y es la preocupación que vive quien no tiene empleo o quien teniéndolo, lo percibe inestable y en peligro de perderlo por circunstancias políticas del momento, por incremento de la pobreza o ante la situación mundial que nos crea la guerra de Ucrania.
El cansancio, la irritabilidad, la soledad, los dolores de cabeza que afectan la tranquilidad, son situaciones subjetivas, que conllevan en algunos casos a tomar decisiones lamentables que como sociedad hemos conocido, sin que por ello se reaccione de manera ágil en búsqueda de la prevención de situaciones lamentables.
Es necesario que, ante el conocimiento de estados de tristeza recurrente de adultos, jóvenes o niños, se esté alerta y presto a escuchar para proveer de manera inmediata apoyo psicológico que contribuya a regular la situación emocional.
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