Hagan sus apuestas

Juan Carlos Aguiar

El anuncio sorprendió. Incluso, al propio jefe del que lo hizo. En entrevista con El Espectador, el ministro de Hacienda Alberto Carrasquilla abrió una puerta de las que parece, no se cierra.
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El jefe de la cartera planteó la necesidad de una nueva reforma tributaria para llenar el enorme hueco fiscal que deja la crisis del coronavirus. Lo delicado del asunto no es que Carrasquilla proponga más impuestos, sino que el presidente tenga que desmentirlo, al menos por el momento. Carrasquilla los ha anunciado desde que asumió el ministerio en esta oportunidad, antes estuvo con Uribe. No llevaba dos semanas en el cargo cuando lo dijo en un congreso convocado por la ANDI en Cartagena, al defender el Plan de Reactivación Económica del Gobierno. ¿Cómo? Pues con gravámenes. A pesar de las multitudinarias protestas del año pasado contra las reformas económicas del gobierno de Iván Duque, algunas a escondidas, y que le costaron la vida a Dilan Cruz, el ministro se salió con la suya y fueron aprobadas por el Congreso en diciembre de 2019. No hay que ir lejos para entender que a Carrasquilla le gustan las reformas. Hace menos de seis semanas, cuando el coronavirus no nos encerraba, ya hablaba de otra, y ahora plantea una más para superar los costos de la pandemia. Además, propuso una reforma pensional que también fue desautorizada por Duque y la más recordada fue hace unos años, la reforma del agua en muchos municipios colombianos, que en últimas ayudó, generosamente, en el incremento de la cuenta bancaria del reformador ministro.

Basta recordar los Bonos de Agua o “Bonos Carrasquilla” del segundo mandato de Uribe. Es cierto, una de las grandes incertidumbres entre los gobiernos del mundo, en medio de una pandemia sin antecedentes en la historia reciente, es como minimizar el colapso de la economía que obligó a una parálisis generalizada para evitar la muerte de millones de personas.

De expandirse masivamente el coronavirus, como lo indicaron los peores pronósticos, caerían, como un castillo de naipes, los precarios sistemas de salud de los países “tercermundistas”. Si tiemblan las economías de Estados Unidos, Francia o Inglaterra, que son sólidas y maduras, ¿cómo será el estremecimiento de naciones como la nuestra, donde la cultura del ahorro para momentos difíciles es nula, la corrupción es rampante y la informalidad en el empleo mayor? Como en el pasado, el presidente Iván Duque desautorizó al ministro que muchos piensan le impuso el “Presidente Eterno”. Cuando suceden estas cosas es que muchos se preguntan: ¿quién está realmente al mando en el país? El ministro no es tonto, por el contrario es un economista preparado, respetado por sectores y con gran astucia política.

Él sabe que no puede lanzar un dardo de este calibre sin tener sólidos respaldos que saldrían en su defensa. ¿Los gremios, los grandes cacaos, el “Eterno”? Solo el tiempo nos lo dirá. Con un virus que francamente tendrá un impacto negativo y contundente en la economía, la gran pregunta hoy, no es si tendremos o no otra reforma tributaria, es cuándo llegará este nuevo golpe al bolsillo de los colombianos comunes y corrientes. Hagan sus apuestas.

Lo cierto es que la cruel realidad indica que de algún lugar tendrán que salir los recursos para encaminar, una vez más, a la nación, por las duras y escarpadas vías del crecimiento y el desarrollo.

JUAN CARLOS AGUIAR

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