Golpe blando contra el gobierno del presidente Gustavo Petro

Olga Beatriz González Correa

En las últimas semanas hemos observado cómo se vienen acrecentando los ataques sistemáticos contra el gobierno del Presidente Gustavo Petro, desde distintos sectores de la institucionalidad.
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Las crisis en los gobiernos no son nuevas, lo que, si es nuevo, por lo menos en Colombia, son las distintas acciones del mismo establecimiento para generar un clima de desinstitucionalización, lo cual resulta muy grave y demasiado peligroso en una sociedad propensa a la violencia y a los conflictos, sobre todo armados.

Según el politólogo norteamericano Gene Sharp, el Golpe de Estado Blando se caracteriza por el “uso de un conjunto de técnicas no frontales y principalmente no violentas de carácter conspirativo, con el fin de desestabilizar a un gobierno y causar su caída, sin que parezca que ha sido consecuencia de la acción de otro poder.”

Este mismo autor expone que la estrategia del Golpe Blando “puede ejecutarse a través de cinco etapas jerarquizadas o realizadas de manera simultánea.” Las cuales son:

1. Promoción del descontento, promoción de factores de malestar (desabastecimiento, criminalidad, denuncias de corrupción a través de medios, promoción de las mismas sin sustento real). 

2. Desarrollar intensas campañas en “defensa de la libertad de prensa y de los derechos humanos”, acompañadas de acusaciones de totalitarismo contra el gobierno.

3. Manipulación del colectivo para que emprenda manifestaciones y protestas violentas, amenazando las instituciones.

4. Ejecutar operaciones de guerra psicológica y desestabilización del gobierno, creando un clima de "ingobernabilidad".

5. Forzar la renuncia del presidente de turno, mediante revueltas callejeras para controlar las instituciones.

Estas acciones son ejecutadas con una apariencia de legalidad con el apoyo del aparato judicial y mediático para quitar el respaldo social e internacional del gobierno en el poder.

¿Por qué les incomoda tanto a los distintos poderes de nuestra maltrecha nación, que un gobierno pretenda concentrarse en la eliminación de las injusticias sociales, ambientales y en poner fin a la guerra? ¿Acaso estos poderes son los responsables de la desigualdad, la inequidad y la vulneración de los derechos humanos en Colombia?

El golpe blando es la repuesta al gobierno Petro por querer arrebatar los negocios que tienen con el Estado muchos actores privados y políticos; la reforma a la salud es quitarle de las manos a los mercaderes de la enfermedad $80 billones que en este momento podrían estar dando vida y dignidad a millones de colombianos y colombianas que se encuentran a la deriva y sin protección en nuestra zona rural o en las periferias de las ciudades.

Golpe Blando también es lo que hace el gobernador del Tolima, generando un clima de incertidumbre y de zozobra en términos de seguridad, cuando él como máxima autoridad administrativa no ha hecho mayor cosa por detener el sicarito, el microtráfico, los hurtos, el robo a residencias, ni la extorsión a lo largo y ancho de nuestro abandonado departamento.

Seguiremos en esta lucha de toda una vida por ver una Colombia más justa y menos desigual, la marcha del 7 de junio es una luz de esperanza para todos aquellos que creemos en un mejor país, los indicadores económicos nos demuestran que el gobierno va por buen camino, estamos trabajando con disciplina para el inicio de las acciones del Plan Nacional de Desarrollo en los territorios y el histórico cese bilateral con el ELN traerá confianza a la inversión y en las comunidades que viven confinadas por la guerra.

No desfalleceremos en el intento de ver a Colombia convertida en una Potencia Mundial de la Vida.

OLGA BEATRIZ GONZÁLEZ

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